Laura ilustra sólo en blanco y azul

Una hora antes, más o menos, de que comience el partido contra la Real Sociedad B, Laura Aznar Millán, que el martes cumple 30 años («soy del 91, el año de la promoción contra el Murcia») y se calzará las zapatillas deportivas del Real Zaragoza que se ha autoregalado, ocupará su localidad de abonada junto a su prima Azahara. Está emocionada, como siempre que visita el viejo estadio, «mi segundo hogar», pero en esta ocasión algo más porque va a cantar el himno del club a capella, como sugiere el hashtag #RomaredaACapella que corre como la pólvora en las redes sociales. Laura, abonada desde el 2007 y devota del equipo desde niña por el influjo de su madre Mari Carmen, es una zaragozana que trabaja en una guardería y que cada fin de semana vibra con un equipo cuyo primer y casi único gran recuerdo además del 6-1 al Madrid, lo tiene subrayado en la memoria. «Tenía 12 años y ganamos la Copa al Real Madrid en Montjuïc. Ese es mi primer gran momento. Al día siguiente fuimos a clase y había algún profesor del Madrid. Fue gracioso ver sus caras», dice sonriente Laura.

Peñista de Presentes por el Escudo, sólo le interesa el Real Zaragoza. A otros equipos de Segunda los ve de refilón «y a los Primera no les prestó la menor atención». Su armario es azul y blanco, por si había alguna duda. «Tengo todo tipo de camisetas. También bufandas, camiseta de portero, chaquetas, sudadera, zapatillas…». En su tiempo libre, Laura, que tiene Artes Gráficas (@kterva91 en Twitter y instagram.com/ktevart en Instagram) se pone delante de su ordenador y deja que la imaginación vuele para diseñar todo tipo de ilustraciones, trabajo muy valorado por la hinchada y los seguidores. Su motivación es siempre la misma. «Por alegrar y dar un poco más de visibilidad al Real Zaragoza. A mis ideas añado las de otras cuentas de aficionados del Liverpool o el Manchester. Lo hago por puro hobby». Si surge rápido la inspiración «me lleva una hora, si no, un poco más». Uno de los trabajos que más valora lo localiza en noviembre de la temporada pasada «cuando íbamos tan mal y no ganábamos un partido. Se ve La Romareda con el león y la bandera y los aficionados en lejos… Eran momentos muy difíciles».

No tiene la menor duda de qué ilustración le gustaría hacer. «La del ascenso, por supuesto». Aquí se pone reflexiva. «Pero que sea de forma directa porque ya hemos visto que los playoffs no se nos dan nada bien. Aún me veo llorando junto a toda la gente el día del Numancia. Fue terrible». Por sus venas corre sangre zaragocista y ya se ha encargado de hacer una pequeña transfusión de su pasión a sus primos, los pequeños Alberto y Daniel. Aunque el covid lo impide ahora, Laura tiene la maleta llena de recuerdos y anécdotas zaragocistas, de viajes de aquí para allá. De los más relevantes apunta «los partidos por la salvación en Levante y Getafe, el 1-4 de Gerona, donde por cierto apostamos por ese resultado y ganamos unos pocos euros. Queríamos poner 0-4, pero no nos dejaba». Dibuja, diseña, ilustra, ve la Recopa en Teledeporte y se le ponen los pelos de punta… «Aun sabiendo el resultado, me paso todo el tiempo nerviosa». Laura, que tiene como ídolos a David Villa, Borja Iglesias y, cómo no, Cristian Álvarez («me tiene loca, lo tengo bendecido», dice de nuevo riendo), espera que este sea el año del regreso a Primera y agradece que JIM esté en el Real Zaragoza «porque es un entrenador muy sencillo, muy normal y vino cuando nadie quería hacerlo». Se escucha a Paco Ortiz Remacha de fondo en el aparato de radio del salón, tiene 4 años. Ahí empezó todo.

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