No marca, pero tampoco defiende bien

El Real Zaragoza, todos sus integrantes, se escudan en que todo mejorará en cuanto lleguen los goles porque su sistema de seguridad es sólido, un percepción muy cuestionable

Lo evidente en ocasiones desnuda la realidad de todos sus matices. El Real Zaragoza es un equipo enfermo en ataque y todos los integrantes del club coinciden en que cuando se solucione, recibirá el alta y comerá perdices porque en defensa las garantías son totales, algo más que cuestionable. El diagnóstico de puertas adentro es que la falta de puntería frente a un número considerable de ocasiones le ha supuesto un castigo bíblico, y que en cuanto amaine la plaga, es decir cuando los delanteros o quien se tercie acierte con la portería de una forma continuada, dejará las posiciones de descenso y tomará una ruta bastante más apacible. Entre Indias y Gabi han reunido a un buen puñado de artilleros, hasta cinco tuvo el entrenador en el banquillo contra el Córdoba mientras que en el campo puso a dos, Dani Gómez como referencia y Cuenca de extremo. Kodro, Bazdar Soberón y Pau se sumaron al partido y Bakis se quedó sentado. No hubo forma de reparar el tanto de Francho en propia meta. Cuatro dianas a favor en ocho jornadas explican en parte el porqué de la dramática situación del conjunto aragonés, pero no todos los porqués. Puede que lo haga el Almería.

Es cierto que se han contado con buenas oportunidades para marcar, si bien la mayoría engendradas sin apenas una pizca de asociación, sazonadas por el corazón y sin un gramo de sal constructivo. Los aciertos de Dani Gómez en dos ocasiones, Bazdar y Sebas Moyano han sido producto de la picardía individual, para nada de un talento que escasea para convertir en oro todo lo que se desperdicia. La calidad no se fabrica, aunque tampoco se percibe la más mínima señal de que el cuerpo técnico haya buscado alternativas de finalización con la segunda línea o en las acciones a balón parado. La improvisación o el error ajeno son las herramientas habituales, con la pelota lateral cruzando de vez en cuando el espacio de terminación sin hallar rematadores. El Real Zaragoza se comporta como una apisonadora sin conductor. Además, de los integrantes de esa amplia tropa, dinamitero de verdad apenas se puede considerar a Soberón, relegado a un segundo plano, con el glacial y casi descartado Bazdar como el más dotado para superar al portero con finura. La suma de todos ellos podría ser una solución, pero Gabi ha reducido su confianza a Dani Gómez y el resto la he perdido en su entrenador.

La fe en el bloque y el trabajo defensivo –dos goles encajados en los últimos cuatro encuentros– conservan la llama del optimismo aun en el infierno. Cuesta intimidar al Real Zaragoza en cantidad porque la idea, que no plan, se traduce en un amontonamiento de futbolistas que no abandonan sus casillas. Liderado por Insua, ahora Tachi y Akouokou, baja esta semana, el conjunto aragonés carece de cintura más allá de un agrupamiento que molesta a los rivales y les impide llegar, hasta el momento adversarios recién ascendidos contra los que ha perdido y otros de clase media baja salvo el Valladolid. Ha recibido poco y es el quinto menos goleado de la Liga, números que alegran la teoría incompleta de Indias y Gabi. Sin embargo, ese daño ha sido recibido con desatenciones que cuestionan su granítica fama. El Almería, donde Embarba y Arribas han firmado cuatro dianas cada uno, va a calibrar la autenticidad de una zaga que ha sufrido todo tipo cambios y que tiene sus heridas en los laterales y la velocidad corta de sus centrales.

Siete tantos en contra son muy pocos. Cada uno, sin embargo, lleva el sello de la fragilidad antes de completarse la plantilla y después. Francho defendiendo el primero ante el Córdoba es el último ejemplo. Gabi, aunque parezca lo contrario, tampoco está interviniendo en la faceta que le cautiva. En Anoeta, Ochieng galopó medio campo en solitario para batir a Adrián. Ante el Andorra, Doménech y Minsu burlaron como les vino en gana a las baterías defensivas del Real Zaragoza, primero para celebración de Lautaro y después, previa expulsión de Pomares tras una insulsez de Moya, de Villahermosa. La avalancha del Castellón acabó con Cala inventado un pasillo en favor de Mellot y entre los tres centrales para que Cipenga terminará con suavidad, muy similar a los favores concedidos una jornada después para que Meseguer, de tacón en el área pequeña, empatara para el Valladolid en el Ibercaja Estadio. Marcos Fernández le dio los tres puntos al Ceuta aprovechándose de la mansedumbre de la retaguardia. Lo evidente, los borrones en ataque, tienen un complicado remedio. La realidad del sistema defensivo está por examinar frente a destructores de mayor eslora. Gabi aboga por el trabajo que no se percibe en el equipo como monolito homogéneo.

One comment on “No marca, pero tampoco defiende bien

  • Leonardo , Direct link to comment

    Cualquier zaragocista que lea este artículo, salvo los abducido por el establishment, acomodados acriticos, o con gravisimo problemas de visión, estará de acuerdo con el buen análisis que Alfonso hace del juego de nuestro equipo, por su veracidad y precision.
    Describe bien la realidad tal cual es.
    Añadiría además, que según las estadísticas los partidos del Zaragoza duran, en tiempo de juego efectivo, unos 46 minutos. El equipo pues, se abona a la continúa interrupción del juego a causa de sus graves deficiencias técnicas que se traducen en un juego repleto de brusquedades para oculta sus carencias. Se hacen demasiadas faltas y se fingen muchas que no se sufren, sobre todo en casa.
    La falta de calidad de los jugadores generan pases imprecisos que dan lugar a balones divididos y esto a su vez provocan encontronazos innecesario con los contrarios con un aumento de las probabilidades de lesiones graves.
    No he conocido en mis 60 años de Zaragocista un equipo peor que el actual

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