Estoy dejando pasar los días con tranquilidad a la espera de que vayan produciéndose los acontecimientos. Que no serán de un gran calado porque económicamente es imposible y porque el mercado es tan amplio como inseguro.
Las agencias de futbolistas vinculadas también a clubes y grupos de inversión manejan a su antojo la ruleta de la suerte y el precio de la transacción. Lo único cierto es que el Real Zaragoza acude a este intercambio de cromos con muchos de ellos repetidos y el álbum casi casi vacío. Queda un puñado de futbolistas inútiles para Fran Escribá y cuya nómina es insoportable. Me temo que, como siempre, habrá que aportar alguna cantidad importante para quitárselos de encima y con ello bajar el nivel de las expectativas de cara a la contratación de jugadores clave. La cantera no es suficiente porque siempre debe ir acompañada de veteranos con oficio que les aporten experiencia y confianza. De esta manera se crece sobre el terreno de juego y en el vestuario que es donde se cuecen los grandes momentos de la temporada.
No sabemos aún nada definitivo sobre la construcción del nuevo estadio. Lo que era un elemento fundamental antes de las elecciones es ahora un asunto que apenas se asoma en los medios de comunicación convencionales que ya no disponen de la excusa de la finalización de otros deportes o de los partidos de la selección española de fútbol. Y la afición quiere saber ya la campaña de abonados del Real Zaragoza después de las prisas a la hora de proponer la renovación del carné antes del último día de mayo sin incremento con respecto a la temporada anterior. Consiste en resistir sin desesperarse y aguantar lo que nos echen una vez más.
Señor Ortiz Remacha su reflexión es tan simple como descorazonadora y no aporta nada y no lo digo porque sea usted zaragocista de pro, sino porque es periodista. Cualquier periodista, incluso de Zaragoza, debería hacerse y hacerle a sus lectores muchas preguntas y tratar de responderlas con datos. Ustedes en Zaragoza no saben nada de las intenciones de los propietarios del club y parece que no quieren saber nada, por eso no indagan y dejan que los intrascendentes acontecimientos se repitan y se sucedan en el tiempo como siempre. El Zaragoza debería haber desaparecido ya porque no tiene ni presente ni futuro y sólo es una franquicia de unos tipos que hacen negocios turbios con la pantalla del futbol como excusa en diversos países. Ustedes deberían contar la crudísima realidad, es su obligación, con datos contrastados a sus seguidores y fans zaragocistas.