Ayer falleció en Francia el nonagenario escritor checo Milan Kundera a quien leí en mi juventud y me subyugó con la novela «La insoportable levedad del ser». Los acontecimientos en busca de la libertad de la dictadura soviética de la «Primavera de Praga» que terminaron en el aplastamiento de los ciudadanos mientras la vida seguía en el país centroeuropeo. «La hora 25», cuyo título le dio el nombre al programa de Manuel Martin Ferrand en los años setenta, también fue una de mis lecturas más impactantes. El rumano Constant Virgil Gheorgiu escribió años antes una novela intensa fechada en la Segunda Guerra Mundial sobre la manera de escapar al horror cayendo en otras redes tan opresoras o más que las anteriores. Quizás la que más me gustó de todas fue «La luna es una cruel amante», también de carácter bélico y de lucha por la supervivencia escrita por el norteamericano Robert Anson Heinlein en 1966 y donde se contaba la dramática historia de los habitantes de la luna que pretendían independizarse de la Tierra. También la libertad y la esclavitud formaban parte de su esencia literaria.
Y ustedes se preguntarán, ¿qué tiene que ver todo esto con el Real Zaragoza? Sencillamente que estamos escribiendo el presente y el futuro del club con menos posibilidades de intervenir que en los años treinta, sesenta y noventa. Con diferentes sistemas de gobierno y políticas económicas en estos noventa años. Más adelantos científicos y libertades, más banderas diferentes llevadas por las mismas ideologías y cada vez menos participación popular para unos ciudadanos a los que se quiere relegar a las costumbres del Imperio Romano donde el espectáculo en el Coliseo servía para ofrecer «pan y circo» a la gente para que olvidasen sus penurias. Igual que ahora, aunque no se conozca en estos momentos si habrá nueva Romareda o no.