Las conclusiones hay que hacerlas al acabar el libro, pero cada página (incluso cada palabra) tiene sentido en sí misma y como conjunto de un todo. No es muy distinto el fútbol a la literatura porque en realidad este deporte es una gran tragicomedia donde la tristeza y la alegría son protagonistas en párrafos sucesivos, si no se mezclan en un mismo. Es cierto que lo importante del Real Zaragoza lo veremos no antes de mayo, lo que no quiere decir que ahora mismo el equipo nos muestre por dónde puede ir su historia. Los personajes nos indican que la sequía goleadora es un mal pasajero, que los tantos encajados son demasiados para las ocasiones concedidas y que la pobre clasificación es una mera anécdota. Todos ellos se reúnen alrededor de un akelarre de optimismo que se basa en las buenas sensaciones y que el público comparte porque, al margen de que lo crea, lo necesita. ¿Se haría una interpretación tan ligera de la realidad si llevara un buen puñado de dianas, su portería fuese un búnker y en la tabla estuviese entre los seis primeros? Evidentemente no, y el entusiasmo estaría justificado con peticiones, sin duda, de precaución.
El Real Zaragoza visita Lugo para descubrir no si domina los partidos y las estadísticas de los disparos, sino para ganar. Porque va a necesitar los tres puntos sí o sí para escribir su destino sea cual sea no antes de mayo. Así de prosaica es la competición cuando no vences, cuando te alimentas de perfumes, y el conjunto de Juan Ignacio Martínez sólo lo ha logrado en una oportunidad envuelto en una esencia tan agradable como incierta. De sus ocho fichajes, por el momento Fran Gámez está siendo el más útil mientras Nano Mesa se reivindica bastante bien como elemento de equilibrio defensivo en ataque y Vada intenta florecer en la titularidad. El resto, y también los nombrados, continúa en la sala de espera del control de calidad, en algunos casos bajo la amenaza de no pasarlo. César Yanis se ha unido a esa lista por primera vez después de superar una contractura. Nadie sabe nada en concreto del panameño salvo por las tramposas imágenes colgadas en diferentes plataformas por las que el menudo zurdo regatea a todo lo que le sale al paso en la liga de su país.
El cuerpo central, sin embargo, pertenece a la vieja-joven guardia de la pasada temporada. Cristian, Francés, Jair, Zapater, Francho, Eguaras y Narváez. Todos ellos, salvo el capitán que saldría en la segunda parte, estuvieron en la primera victoria de JIM como entrenador del Real Zaragoza, precisamente ante el Lugo en La Romareda con un tiro de Chavarría para comenzar una milagrosa recuperación. En la vuelta, en el Anxo Carro, el portero salvó un punto con un gol en el minuto 97. Este domingo (20.30) se unirán a la ya tradicional cita en Segunda con los gallegos Gámez, Giménez y Mesa para aplicar entre todos un punto de inflexión con el triunfo o un detenerse en un punto de reflexión en caso contrario. El resultado, por supuesto, no establecerá un juicio sumarísimo sobre el futuro, pero en caso de traspiés podría abrir una pequeña fisura en este presente gobernado por los intangibles y por una falta de puntería, seamos sinceros, nada casual. Se harán goles, seguro, pero cuesta creer que la rana se transforme en príncipe en todos los episodios.
Este encuentro no será muy diferente a los ocho anteriores entre un par de clásicos de la categoría. Dos victorias zaragocistas, dos derrotas y cuatro empates en el Anxo Carro. Con goles para regalar, remontadas, igualadas agónicas y una tendencia machacona de los gallegos por exprimir al máximo su gusto por la estrategia y el dominio del juego aéreo. «Siempre suceden cosas en estos partidos», recordó JIM, quien ha preparado el choque (este y todos los que restan) para que no ocurran en su área a la espera de que alguna de las balas dé en el corazón del Lugo. «Tenemos que ser animales en campo propio, muy contundentes», subrayó el entrenador. Porque a pie de cada página de este libro cuyo desenlace no se conocerá antes de mayo, ruge una nota aclaratoria, cotidiana y perenne: los héroes son los delanteros, pero las victorias a corto o largo plazo las redactan los defensas.
No tenemos eqipo más we para salvarnos y con suerte , no hay fichaje qe sea la panacea , y unos canteranos ,son los we luchan por el.equipo, y zapa y Cristian , los demás salen a librar el expediente, y no.porqe no quieran, si no.porqe no hay más leña qe la we arde , y es leña mojada .
Prensa , son peores we la directiva actual, carroñeros qe van a comer en la mano del dueño , pero si este equipo desaparece o baja o sigue así, ellos serán los máximos culpables, aparte, qe su ausencia y más, estarán bajos mínimos, ( SE LO HAN GANADO APULSO .) .