Raúl Sanllehí, siguiendo la política de actuación del grupo inversor al que representa, ha priorizado tras la elección del entrenador, Juan Carlos Carcedo, las renovaciones de Francho, ya ejecutada, Azón y Francés como piezas clave para un proyecto de futuro. Tres futbolistas de la cantera con proyección, sobre todo el central como realidad inmediata, para dotar al Real Zaragoza de un sentimiento de pertenencia que necesita para reconstruir un equipo en el que no habrá muchos fichajes. Tampoco se confía en que la Ciudad Deportiva vaya a aportar más a la plantilla del próximo curso, donde, a la espera de lo que se decida con Miguel Puche y Marc Aguado, Clemente, Ángel López y Carbonell no tendrán lugar en el equipo. Ese mandamiento de Jorge Mas se ciñe a conservar las joyas que antes se vendían, lo que es un cambio considerable con respecto al pasado de economías timoratas.
El director general especificó en su presentación que es «un defensor acérrimo de la cantera. Ésta te garantiza la identidad de club dentro del vestuario. He tenido la suerte de vivir, probablemente, el equipo de cantera más exitoso de la historia: el Barcelona de 2008-2012, que también fue la base de la selección que ganó un Mundial y dos Eurocopas. Creo mucho en la cantera y en tener una base de jugadores de la casa, que cuando llegue un jugador de fuera le enseñe lo que significa el escudo que llevan, que dan ese plus extra de pasión y que conectan sentimentalmente de manera muy estrecha con la afición. El Real Zaragoza históricamente ha trabajado muy bien este aspecto y en esa línea hay que seguir construyendo…». En este marco se encuadra también la confianza depositada por el club en Alberto Zapater, quien a sus 37 años cumplirá el año de contrato que le resta.
Es cierto que Sanllehí ha vivido como director de fútbol esa etapa gloriosa del Barcelona. Lo hizo junto a Txiki Begiristain, Andoni Zubizarreta y en menor medida Robert Fernández como responsables de la dirección deportiva, si bien habría que matizar que la plantilla que conquistó Ligas, Champions, Copas, Supecopas de Europa y de España se había fraguado mucho antes de su llegada al cargo, un grupo donde Víctor Valdés, Pujol, Xavi, Iniesta y Messi formaban la columna vertebral. El ejecutivo, director general entre 2002 y 2007 de FCB Merchandising, la empresa que se encarga de explotar el acuerdo comercial entre el Barça y Nike y más adelante responsable de relaciones del club con organismos internacionales, desde la UEFA a la ECA, la Asociación de Clubs Europeos, pasó a ocuparse en 2008 del área deportiva, con especial dedicación a las negociaciones en los fichajes que le marcaban en la hoja de ruta.
Su habilidad en esta faceta permitió adquisiciones del nivel de Alves, Keita, Piqué, Ibrahimović, Villa, Mascherano, Fábregas, Alexis Sánchez, Jordi Alba, Neymar, Rakitic, Luis Suárez, Ardan Turan o Umtiti, por lo que sus méritos en los éxitos del conjunto azulgrana se ajustan más a la importación de figuras y a su indudable capacidad para cerrar esas operaciones en absoluto sencillas que en impulsar los frutos La Masía. Su primera experiencia en las responsabilidades futbolísticas coincidió con el salto al primer equipo de Sergio Busquets, posiblemente uno de los mejores mediocentros de la historia de este deporte, y de Thiago Alcantara, que luchó sin demasiado éxito por un puesto de mando en aquel maravillo laboratorio de Guardiola y Luis Enrique, y que ha hecho fortuna en el Bayern Munich de Guardiola y en el Liverpool de Klopp. La cantera continuó dando nombre notables, pero sin excesivo impacto en el Camp Nou a excepción de Sergi Roberto. En esta etapa de Sanllehí en la cúpula técnica se dejaron ver Montoya, Bartra, Tello, Rafinha, Munir, Jeffren, Sandro o Aleña. Todos ellos tuvieron que buscar destinos más o menos felices lejos del conjunto catalán.
La influencia de Raúl Sanllehí es sobresaliente dentro de su ecosistema, de sus virtudes y de su dilatada experiencia en los mercados y sus secretos. En el Barça halló el caldo de cultivo perfecto para explotar su profesionalidad, abrigado por el músculo financiero de una institución mastodóntica, pero su peso en las decisiones referentes a la cantera fue relativo. En este Real Zaragoza será al contrario: empieza examinándose en la asignatura que domina, los acuerdos comerciales, pero aplicada a retener a los mejores representantes del fútbol formativo con un presupuesto modesto. En el momento que Azón y Francés se unan a Francho, el director general habrá puesto la primera y preciosa piedra, pendiente, entonces sí, de sus cualidades para reforzar el vestuario mientras Miguel Torrecilla le pasa la escoba a los contratos que no interesan al club. Será un reto mayúsculo para un profesional que escenifica el cambio para una afición muy pendiente de todos sus movimientos.
Neymar no vendrá, pero deberá apurarse Sanllehí en ganar pulsos mucho más importantes para el Real Zaragoza. El de los tres canteranos ya lo tiene en el bote y seduce a la opinión pública. Buen trabajo. Ahora manos a la obra con el resto del edificio para el nuevo Sanllehí, un equipo que compita de verdad y que no siga siendo campeón destacado de las promesas incumplidas y de los golpes de efecto veraniegos.