Francho Serrano ha hecho del centro del campo su territorio. Con silenciador, trabajo, constancia y una medida progresión si no hacia el liderazgo sí hacia la trascendencia del futbolista de participación constante, el canterano es la pieza intocable de Juan Ignacio Martínez en esa parcela. En los últimos siete partidos, desde Montilivi, es el único que ha entrado siempre en los planes del entrenador. Eguaras, Zapater, Petrovic, Igbekeme, Adrián y Vada han aparecido a su lado en la búsqueda de alternativas en la parcela creativa, pero Francho ha venido para quedarse. Su magnífico rendimiento ante el Eibar confirma la evolución de un futbolista inteligente y maduro que conoce sus virtudes y, lo más importante, su capacidad para seguir avanzando y puliendo los detalles que pueden convertirle en un profesional de altura.
Si hay alguien que puede analizar a Francho y el ecosistema del centro del campo, ese es Juan Señor, una eminencia en esa asignatura por su brillante pasado y por su vigente capacidad para calibrar este deporte sin apasionamientos puntuales. «Su actitud es magnífica porque lo da absolutamente todo y se ve que es ese tipo de futbolista que quiere crecer. Tiene buenas condiciones técnicas que ha de mejorar con el tiempo y el trabajo, sobre todo en el manejo de la pierna izquierda porque con la presión que se ejerce en la actualidad apenas hay tiempo para acomodarte el balón a tu pierna buena». El exfutbolista y entrenador considera también que «se desenvuelve muy bien en la toma de decisiones, pero está en un equipo donde, porque no lo puede realizar o por instrucciones, asuma un papel más discreto. Mejoraría mucho, y no quiero que se malinterprete, si tuviera a su alrededor compañeros de superior calidad como es el caso de Guti en el Elche, por ejemplo. Jugaba en una posición similar y es un futbolista de diferentes características a las de Francho, con menos llegada, pero se ha convertido un exponente importante del futbol de su actual equipo al estar en Primera».
Señor insiste en que el futuro de Francho como profesional de élite pasa por superar etapas de tecnificación. «Tiene un margen de mejora importante, pero lo bueno es que dispone de ese talante para querer crecer. ¿Cuanto? Lo que él trabaje en sus rutinas. Es cosa suya potenciar lo que domina y corregir lo que no para atreverse con un abanico más amplio de recursos. Cambios de orientación disparos a puerta, controles, conducciones… Le dará seguridad aventurarse con más cosas». El técnico elogia «el gran contenido físico que imprime a la medular del Real Zaragoza y que es un chico humilde. Esa personalidad en nada egoísta, de no abusar del balón y buscar siempre lo mejor para el compañero, le va a ayudar muchísimo en su proceso de aprendizaje. Piensa en lo mejor para el grupo y tiene un gran recorrido en el campo. Y pocas veces se equivoca». Juan Señor confía en que «podamos verle en Primera si sigue con esa actitud. Si es posible, claro, con el Real Zaragoza».
