Tengamos la fiesta en paz

El Real Zaragoza recibe al también necesitado Córdoba a la espera de las decisiones de un entrenador que moverá de nuevo un once que sólo carburó ante el Mirandés

Lo que funciona no se toca, dice el viejo precepto no escrito. Contra el Mirandés, el Real Zaragoza no respetará esa tradición (14.00). Gabi Fernández anunció el viernes que hará cambios en la única alineación que en siete jornadas carburó con cierta normalidad y excelente productividad, ya que se consiguió la primera victoria de la temporada y el equipo se sintió cómodo con esos futbolistas y esa formación. Pero el entrenador, que en otras ocasiones ha tenido que condicionar el once a lo que tenía y no tenía, insiste en cambiar de protagonista o protagonistas ahora que, más o menos, cuenta con todos sus futbolistas menos el lesionado Paulino y el tocado hoy Pomares listos para pasar revista. Lo que prepara es una incógnita, aunque ya aclaró que se hará en función del Córdoba, «uno de los tres mejores equipos de la Liga» pese a que los andaluces son penúltimos con seis puntos, los mismos que los aragoneses. No juega mal el conjunto de Iván Ania, líder en posesión del torneo, pero atraviesa un momento complicado y elevarlo a esa cumbre cualitativa se antoja una hipérbole excesiva.

A ver lo que se le ocurre al técnico madrileño. En Mendizorroza introdujo siete novedades y estreno sistema con el maridaje de Akouokou, Guti y Saidu para fortalecer el centro del campo. Debutaron Andrada en la portería, Tachi en el eje de la zaga y Cuenca, la mayor sorpresa, de extremo estajanovista. El Real Zaragoza apenas dejó respirar ni pensar al Mirandés, mantuvo la portería a cero y Sebas Moyano cerró el círculo con su primer y valioso gol. Una semana después, todavía en descenso, Gabi entiende que debe hacer retoques para incomodar al Córdoba y lograr la segunda victoria consecutiva del curso, lo que supondría un enorme alivio porque no ganar por cuarta ocasión en el Ibercaja Estadio avivaría una crisis que aún mantiene bastantes dudas vivas. las preguntas se agolpan. ¿Quitará a Saidu y deshará el trivote para configurar un dibujo más atrevido con dos delanteros? ¿Devolverá a Cuenca al banquillo pese a su notable rendimiento? Lo seguro es que meterá a Tasende en lugar de Pomares, que no ha acabado al sesión esta mañana, en una defensa que estuvo sólida frente a los jabatos. Teniendo en cuenta que sentó a Insua en Ceuta para incomprensión universal y otras lindezas anteriores propias de un profesional inmaduro e inseguro, cualquier cosa. Eso sí, tiene a sus intocables. Desde ya Andrada, se supone que Insua, Francho de lateral, cómo no, Akouokou, Guti, Sebas Moyano y Dani Gómez. En eso va avanzando.

El fútbol que genera el Real Zaragoza, que también subió un escalón la pasada jornada, seguirá el mismo patrón salga quien salga de principio. Sin contemplaciones atrás, con una medular dispuesta para robar y resguardar más que para jugar y un ataque despierto para acertar en alguna ocasión, un frente ofensivo cuya puntería, la más pobre de la competición, está en entredicho. Gabi quería un equipo con su sello y en parte lo ha conseguido, un grupo de poca seda y mucho metal para atrancar la propia portería como pórtico del éxito. Se preveía, porque tiene su lógica, que diera continuidad al trivote como pilar de una identidad de la que siempre ha carecido. Nada es seguro sin embargo ante un Córdoba que, al contrario del Real Zaragoza, se gusta con la pelota y asume riesgos. Fuera de casa ha perdido en Gijón y Andorra y ha empatado en Valladolid y San Sebastián. Iván Ania sí sabe lo que quiere aunque de arranque se le hayan torcido los planes. Y administra un grupo que ha notado la pérdida de Antonio Casas, su artillero, y Álex Sala, pero que se ciñe con ciertas garantías a jugadores tan interesantes como Fomeyem, Jacobo, Carracedo, Kevin Medina o Sergi Guardiola aunque este todavía no haya marcado.

El triunfo en Vitoria sirvió para tomar un poco de oxigeno y para que se pospusiera la decapitación de Gabi, Este encuentro se celebra en la misma dimensión peligrosa aunque sea en casa, lo que no ha sido nunca una ventaja, y se hayan sumado tres puntos de una tacada. La obligación de ganar al Córdoba se multiplica por mucho: para abandonar una zona muy comprometida, encadenar dos victorias, romper con la negativa racha local, superar a un adversario directo y hacer caja frente al calendario de rivales que aparecen en las próximas jornadas, la mayoría de mayor cuajo que el Real Zaragoza. Es un partido para tener la fiesta en paz, a expensas de a lo que Gabi se la haya pasado por la cabeza en su particular pregón: repetir también es una opción.

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