Torrecilla, el revulsivo en la prórroga de agosto

El Getafe, que gana el Carlos Lapetra en una larga tanda de penaltis, aplana a un Real Zaragoza con poco físico y acentúa aún más la necesidad de un buen puñado de fichajes

Finalizada la pretemporada con una derrota en los penaltis frente al Getafe, de nuevo con la portería a cero pero muy por debajo de la imagen ofrecida en los amistosos del Pinatar Arena, todo el protagonismo del Real Zaragoza recae en su director deportivo, Miguel Torrecilla. Maniatado por una operación de compraventa que va a dormir el sueño de los imposibles, el ejecutivo, en un escenario de gasto conservador, deberá acelerar y acertar con el buen puñado de fichajes que necesita el equipo aragonés para transformarse en un grupo competitivo y fiable. Las bonitas y vistosas victorias frente al Elche y el Valencia dieron paso al empate contra otro rival de Primera en el Trofeo Carlos Lapetra. Esta vez, pese a que el resultado fue honroso, se revivió la urgencia de apuntalar una plantilla que comienza la Liga el próximo viernes 13 de agosto y que tendrá hasta el 31 para sumar efectivos en todas las líneas.

En el regreso a La Romareda, donde se citaron unos 3.000 aficionados año y medio después de que el covid obligara a echar un candado sanitario que se abre definitivamente al 40% de los aforos en todos los estadios durante las tres primeras jornadas, el Real Zaragoza defendió hasta donde pudo una buena tacada de marcadores, algunos fruto de un juego desinhibido y de adversarios complacientes. El Getafe es el mejor contrincante de Primera para dibujar un abrupto escenario de Segunda, un sparring que en el cuerpo a cuerpo puede tumbar a cualquier peso pesado, herencia sin duda del espíritu Bordalás. Así se comportó durante todo el encuentro, con oficio y sobre todo con una altura física que el Real Zaragoza jamás pudo alcanzar. Ni con los titulares ni con el chaparrón de jóvenes canteranos que finalizaron el partido en una clara de maniobra de Juan Ignacio Martínez de reservar lo que tiene –o cree tener– para el estreno con el Ibiza. Se llegó a la orilla de la tanda de penlatis y los madrileños tuvieron mejor puntería y nervió en los lanzamientos (5-6),

Torrecilla va a tener que hacer malabarismos sobre el teléfono y con la hucha desinflada de la Fundación. Se le han escapado primeras opciones y su búsqueda en el mercado se estrechará a cesiones y a futbolistas de segundo plato, además con la obligación de no cometer un solo error y de que quienes vengan o exploten o hagan la temporada de su vida. Todo para no sufrir, para dejar que el curso que comenzará maldito por obra y desgracia de una propiedad inconsciente e incompetente transcurra sin sobresaltos a la espera de un futuro sobrecargado de incertidumbres. El trabajo de la dirección deportiva se circunscribe a que la novena campaña seguida en Segunda permita una décima en el mismo y triste vagón. Siempre queda el optimismo de garrafón o la legítima ilusión de la hinchada para imaginar un milagro.

El Memorial que lleva el nombre de la gran leyenda zaragocista, Carlos Lapetra, viajó para Madrid desde el punto de penalti. Por el camino, sin embargo, el Getafe redescubrió a un Real Zaragoza con muy poco físico que apostó por un centro del campo más otoñal que sabio. Eguaras, Zapater, el inconcluso Igbekeme y un Bermejo que acabó desguazado frente a Koffi, un lateral del filial de largo recorrido y músculo atómico que también devoró a Gámez, apenas latieron, rumiando el fútbol sin capacidad de transitar ni por dentro ni por fuera. Desenchufados del partido Narváez y Azón, el conjunto aragonés se refugió en su resistencia, donde Jair estuvo notable y Francés casi de matrícula. Los azulones tuvieron un par de ocasiones claras, larguero incluido, y Diego Conde se lució en una falta directa de Zapater y un disparo lejano de Bermejo. No hubo demasiada producción en ataque en un trofeo que reflejó a un Real Zaragoza digno pero pobre aún de estructuras competitivas.

La dupla Torrecilla-JIM se aventura en este mes de prórroga para conseguir jugadores y darle una identidad al equipo. Después de que la Fundación haya jugado a las compraventas en el tiempo reglamentado sin lograr pasar el pesado testigo económico a nadie,  las hojas del calendario se han convertido en cuchillas letales para esta pareja de amigos en apuros, en muchos apuros, y residentes en la sala de urgencias.

0 – Real Zaragoza: Cristian Álvarez (Ratón, m.46); Fran Gámez (Angel Lopez, m.78), Francés, Jair (Clemente, 74), Chavarría (Nieto, m.60); Bermejo (Carbonell, m.78), Zapater (Adrián, m.60), Eguaras, James (Francho, m.60); Narváez (Pablo Cortés, m.88) e Iván Azón (Puche, m.74).

0 – Getafe: Conde; Damián Suárez (Juan Iglesias, m.46); Djené (Cabaco, min.46), Mitrovic, Olivera (Miquel, m.60); Aleñá (Miranda, m.74), Maksimovic (Timor, m.60), Arambarri (Chema, m.74), Koffi (Hugo Duro, m.74); Unal (Mamor, m.74)y Mata (Sandro, m.60).

Árbitro: García Verdugo (Comité Catalán). Amonestó a Francho, del equipo local y a Miquel, del visitante.

 

 

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