No es la primera vez que ocurre pero por imposición del control de la Liga y por la propia responsabilidad contractual, el Real Zaragoza ha hecho frente a anteriores retrasos en la nómina de sus jugadores y cuerpo técnico. Una vez más, como informa el Periódico de Aragón en su edición digital, se va a producir una demora. Según indica el diario, «ha comunicado a la plantilla que abonará la nómina de octubre, que tenía que haber pagado a finales de ese mes, a los futbolistas en dos plazos, uno en los próximos días y otro más adelante, sin fecha aún concreta». Príncipes de París ha confirmado esta información y el mensaje que se ha enviado al vestuario pidiendo «tranquilidad».
El aplazamiento del pago de la anualidad del concurso de acreedores después la modificación del convenio y el préstamo del fondo CVC a los clubs de LaLiga que el Real Zaragoza ya habría agotado no han impedido escenificar de nuevo la situación caótica de la tesorería, agravada por la imposibilidad de traspasar jugador alguno el pasado curso, como ya ocurriera con Pep Biel, Guti y Soro, y por la negativa de los propietarios a hacer alguna aportación para cumplir con los compromisos económicos adquiridos con plantilla y otros trabajadores de la entidad.
La opereta montada con Spain Football Capital como plataforma para visualizar en los mercados un supuesto interés en la compra del club y el deseo de César Alierta de deshacerse de su mayoría accionarial han derivado en un estado de interinidad insostenible por la falta de interés de continuidad de la propiedad en el Real Zaragoza. Ahora se busca un crédito bancario como nuevo salvavidas o una cantidad multimillonaria para refinanciar la deuda global. La dificultad de ambas operaciones pone directamente a Alejandro Francés en el escaparate invernal como solución inmediata. El central, cuyo rendimiento está siendo espectacular esta temporada, tiene serios aspirantes a ficharle lo antes posible, con el Sevilla liderando la puja. Con contrato hasta junio de 2024, tiene diez millones de euros de cláusula de rescisión y cobra el salario mínimo establecido en la categoría, unos 80.000 euros. De no conseguirse esa inyección económica externa que se pretende, al internacional sub 21 podrían quedarle un par de meses en La Romareda.
No se vende a ninguno. Propongo otra solución, que es vender a los «amos» del club por 1 euro al primer negrero que pase por Zaragoza para ponerlos a trabajar en Brasil o Nigeria. Que el R. Zaragoza no vale un euro señores sino cero euros, a ver si se entera esta banda, y que lo único rescatable es el escudo, pero a este paso ni eso. Vayanse ya y dejen de molestar.