Un torrente para calmar la angustia

El envoltorio del regalo futbolístico es difícil de deshacer para los aficionados. Se trata de un papel recio que cubre un plástico de burbujas de algo que jamás se romperá: la propia ilusión de un zaragocista. Durante los últimos días se han producido salidas, entradas y hasta dinero que no se esperaba. De manera torrencial, como para poner fin a los rumores, ataques de angustia y demás guasa en las redes sociales. Uno de los medios escritos apostaba por la salida incómoda de un futbolista; el otro por la llegada de un delantero. Y la gente quería saber la duración de la lesión de Iván Azón y si las sinergias alcanzaban los jugadores clave para llegar a la promoción. No hay comunicación, no existe la cercanía con el abonado, la sutil complicidad con el alma del club. Pero tampoco parece que vaya a producirse porque el vínculo ya se ha roto. El fútbol no es el de antes, como tampoco nuestra vida. Y tendremos que acostumbrarnos a que un día el balón no sea esférico.

One comment on “Un torrente para calmar la angustia

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *