Es curioso que antes del partido en Ferrol teníamos mucho miedo metido en el cuerpo. Y que después de ganarlo (y de la severa derrota del Eldense en Almería) ya se vea la salvación más que encarrilada. ¿Cómo una sola jornada disipa de esta forma las nubes? ¿Estábamos siendo demasiado pesimistas? ¿Incrédulos? ¿Desconfiados?
En mi opinión, no. Ni siquiera desde la llegada de Gabi Fernández al banquillo del Real Zaragoza el equipo ha dado garantías con su fútbol de poder revertir la situación fácilmente. Gabi parece haber conectado bien con “los chicos”, como él los llama; es posible que la intensidad de los encuentros haya subido medio punto con respecto a la etapa de Miguel Ángel Ramírez; pero opinar sobre el juego me resulta muy difícil con tanto cambio de cromos y de maneras de plantear los partidos.
Ya dijimos, no obstante, que al cuarto técnico del conjunto zaragocista en lo que va de temporada solo había que pedirle la salvación, que no era poco ruego visto el descosido que Víctor Fernández y MAR, cada uno a su estilo, habían dejado en la plantilla. A uno (como ha quedado asentado en el imaginario colectivo) le perdieron el miedo y el ego de ensuciar el final de su trayectoria; al otro, seguramente, la inexperiencia.
De Gabi no se puede destacar su trayectoria en los banquillos, está claro, pero al menos no ha vacilado o no ha aparentado vacilar; ha mantenido bastante coherencia en las ruedas de prensa y no refleja las inseguridades de sus predecesores. Se maneja bien en la escena y eso se transmite al jugador. Lo perciben como un ganador, no hace mucho sobre el césped y ahora con la carpeta en la mano.
Por eso no es demasiado relevante que el primer tiempo de este domingo fuera un atentado contra la emoción (salvo por el gol de Guti), y que en la segunda parte el Zaragoza concediera lo que no está escrito de forma inexplicable. Pero ganó. Tres puntazos. Colaboración del Eldense añadida. Y a esperar al sábado para tratar de imponerse al Cartagena, apagar el marcapasos hasta agosto y cerrar otra temporada infame.
Sin ánimo de ser agorero, cuidado con el partido contra el conjunto murciano. Por mucho que Tebas, presidente de la Liga, quiera pensar o expresar que los apaños ya no existen, sigue siendo fácil incentivar por vencer, las célebres primas a terceros. Y si no es así, el propósito de los futbolistas visitantes será lucirse para intentar obtener un futuro más decoroso que la Primera Federación. Su entrenador, Fernández Romo, consiguió este fin de semana su primer triunfo con el Cartagena después de más de dos meses. Seguro que quiere sacar algo más de lustre a su currículum.