Una victoria para evitar el limbo

Ni por asomo estaba en las previsiones que el Real Zaragoza sellara la primera vuelta tan lejos de los problemas, con la posibilidad de sumar tres puntos que le permitirían irse al descanso navideño entre los aspirantes a colarse en la fiesta del playoff, en concreto una sexta plaza que podría quedarse a dos puntos en caso de doblegar al Tenerife (16.00). Estigmatizado por una plantilla condicionada por su falta de gol una vez más, sufrió hasta enganchar tres triunfos consecutivos y una victoria de calidad sobre el Eibar. Pero en las cuatro últimas jornadas, al margen del notable partido ante los armeros, no ha logrado convertir esa reacción en explosión, con dos derrotas que han hecho daño frente a Leganés y Almería y un empate contra un Amorebieta al que no supo cómo ganar con un jugador más.

La visita del Tenerife es tan apetecible como peligrosa porque se desconoce qué cara de la moneda mostrará el conjunto aragonés, con tan poca puntería como, por lo general, un sobresaliente hermetismo defensivo. Ha regresado a su versión más conservadora, consagrado a consumir la paciencia del rival con mucho sacrificio y esperar su oportunidad. Le salió redondo frente al Eibar en un córner resuelto por Francés, si bien en los Juegos del Mediterráneo recibió una sonora bofetada de la que Juan Ignacio Martínez aún no se ha recuperado. Flota ahora mismo el conjunto aragonés en una especie de limbo, sin duda producto de su buena predisposición para competir y la incapacidad de hallar respuestas cuando el adversario le propone un duelo de talento.

En esa tierra intermedia con demasiado tráfico, necesita ganar por diferentes motivos. Por lo seductor de pasar el ecuador casi en primera clase y para cicatrizar ese 3-0 en Almería y los últimos minutos tan criticados por JIM. Y porque dos partidos consecutivos sin hacerlo haría que el paréntesis en la competición fuese un espacio con demasiado tiempo para compartir con los fantasmas de la preocupación. En realidad, y por mucho empeño que se ponga en presentar al equipo con cualificación para estar al final entre los seis primeros, el Real Zaragoza es un esforzado de la ruta que podría meterse en la escapada buena, pero cuyo objetivo principal es llegar a meta sano y salvo. Mejor con 29 puntos que con 26 cuando se baje el telón de la primera vuelta pese a que se haya superado la media exigida para la salvación.

No entraba el Tenerife en las quinielas optimistas, pero se ha metido con todas las de la ley. Con alegría, desparajo, regularidad y atrevimiento ofensivo. Llega a La Romareda condicionado por el protocolo covid que ha debido activar ante el positivo de dos canteranos, David y Thierno, que trabajan con la primera plantilla. Ramis ha citado a tan sólo 18 futbolistas pero son casi todos los principales con la baja del exzaragocista Álex Muñoz por causa de una lesión. Su tarjeta de presentación como foráneo es estupenda, la segunda mejor después del Almería. Cuatro victorias en Fuenlabrada, Valladolid, Huesca y Leganés y tres empates en Oviedo, Ibiza y Cartagena. Registra una sola derrota, en Málaga, en las últimas nueve jornadas…

Juan Ignacio Martínez, que dio descanso a sus titulares ante el Burgos en Copa aunque no le guste denominarlos así, los recuperará en masa para este compromiso, incluido Vada, que ha sido regresado a la citación. Las dudas con cada vez menos para el entrenador y ahora se localizan en los propietarios de las alas, si mantendrá a su estimado Bermejo o dará entrada a Nano Mesa, hipermotivado ante el equipo donde se formó. O si castigará la indolencia de Narváez en Almería en beneficio de Borja Sainz. La defensa es intocable y el centro del campo, con Petrovic y Francho fijos, tiene una plaza en el aire entre Igbekeme y quizás Vada, otro con pasado en la isla. Álvaro Giménez buscara reencontrarse con el gol solo en punta en un encuentro fronterizo entre el bien y el regular para afrontar la segunda vuelta. Porque la primera, desde luego, ha superado con creces las expectativas de un verano que parecía la puerta al infierno.

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