El 2022 con Clemente de titular

No es lo más importante, pero podría llegar a serlo si Juan Ignacio Martínez se decide por alinear a Enrique Clemente en el partido contra el Mirandés, el primero del año y el primero de la segunda vuelta. El primero como titular para el central canterano, que no actuará en su posición natural sino de lateral izquierdo por las ausencias de Pep Chavarría, con covid, y Carlos Nieto, operado esta semana de una fractura de tabique nasal. El entrenador dijo que pensaba seriamente en el internacional sub 21 para esa posición, y la lógica, sin que sirva de precedente, aconseja ese recurso que no apuesta del técnico alicantino. Con la renovación estancada en la mesa de Miguel Torrecilla y las puertas abiertas de para para que salga este mes en otra dirección y para siempre, Clemente estará en el once donde sabe jugar pero no es un especialista, por lo que se debut esta temporada contiene un gran significado para el jugador y para un equipo que necesita ganar de carrerilla para perseguir el sueño-utopía del playoff. Un gran partido del defensa ratificaría su nivel futbolístico. Nada más.

Es un encuentro de riesgo para alguien que ha disputado tan sólo 10 minutos de Liga y que ha sido de los más destacados en las dos eliminatorias de Copa. Tendrá todas las lupas puestas sobre su rendimiento aunque sería desproporcionado juzgarle en función de lo que ocurra en Anduva. Clemente es un jugador mucho más que útil en una plantilla de vuelo rasante de pese a que el director deportivo y JIM opinen lo contrario, y con suficiente personalidad para no verse afectado por asumir la responsabilidad que le corresponda. Esa hostilidad deportiva hacia el canterano deja abierta una posibilidad que no habría que rechazar de cuajo: que, como ocurrió en la segunda parte en Lugo, Gámez sea el elegido y se produzca el consiguiente movimiento de tierras defensivas que trasladaría a Francés al lateral derecho para dar entrada a Lluís López junto a Jair. Lo primero, sin embargo, es lo más probable, ya que  la idea es que vuelva a  participar en ese puesto en la Copa frente al Sevilla.

Con o sin Clemente, el Real Zaragoza se presenta al 2022 como un aspirante a la sexta plaza al final de la temporada. No lo dicen sus números ni su rendimiento colectivo ni individual, sino el entrenador y el vestuario, convencidos por un acto de fe de que luchar por el ascenso es algo posible con tanto camino por delante. Tendría que sumar casi el 62% de los puntos que restan y subir de 0.80 a 1.74 su media de goles por partido, una reactivación salvaje en la que confían de todo corazón los protagonistas. Para empezar a reunir creyentes, lo único que le sirve hoy (18.15) ante el Mirandés es el triunfo. El conjunto burgalés está azotado por el covid y aunque por estrategia no ha dado a conocer quiénes son los diez afectados del primer equipo, su silencio habla de que se trata de un buen surtido de titulares. La cita, por lo tanto, estará condicionada por ese contexto, con un Real Zaragoza que con la baja de última hora de Nano Mesa por problemas musculares debería asumir un rol absolutista y decidido de principio a fin. Con cerca de 900 seguidores zaragocistas en las gradas.

Las derrotas de fin de año contra Almería y Tenerife entraban dentro de las previsiones, pero la forma en que se produjeron, con una laxitud defensiva desconocida, han dejado un poso amargo en el paladar de JIM y muchas dudas fundadas de si realmente el Real Zaragoza está cualificado para escalar hasta el playoff. Además sin reforzarse en el mercado de invierno. Todo lo que no sea ganar (el Mirandés empataría a 26 puntos en el caso de hacerlo), descolgaría aún más el equipo de JIM de su propósito tan ideal como fatigoso. 2022 trae a Clemente bajo el brazo en un compromiso importante con la Copa de fondo para despedirle después del día de Reyes.

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