Zapater, capitán de la tropa aragonesa

El centrocampista sumó su tercer pase de gol en un partido que tuvo también a Nieto de centrador clave y a Azón de goleador

Desde que Albero Zapater, a su 35 años, es titular, el Real Zaragoza se ha disparado. Perdió en un regreso al once contra el Oviedo y desde entonces ha colaborado a que el equipo gane cuatro partidos (Tenerife, Mirandés, Fuenlabrada y Almería), empate dos (Logroñés y Cartagena) y solo pierda en Vallecas, donde protagonizó una sobresaliente primera parte con un centro que forzó el gol en propia meta de Álvaro García, el 0-2 que después sería remontado por el equipo de Iraola. Solo ha conseguido completar dos de esos encuentros, relevado por lo general tras un esfuerzo mayúsculo y los rigores naturales de su edad y un físico castigado por lesiones en las que otro hubiera hallado justificación sobrada para la retirada. Pero ahí sigue, para lo bueno y para lo malo, hasta que la muerte le separe del Real Zaragoza.

«Es tuyo», le dice Azón a Nieto en la asistencia del lateral

Contra el Almería completó su tercera asistencia de la temporada, lo que le iguala a Bermejo. Escorado a la izquierda del área, levantó la mirada y con la zurda se la puso a Adrián con delicadeza y precisión. Un centro de categoría para abrir el camino hacia el triunfo. Sus anteriores regalos fueron para Azón en Cartagena, en esta ocasión de falta directa, acción junto a los saques de esquina en los que se ha erigido en ejecutor habitual, y para Narváez en Logroño tras una jugada personal e intransferible que habilitó para el gol al colombiano. A su producción táctica ha sumado su esencia de futbolista de otra categoría superior en los pies.

La tarde tuvo pólvora aragonesa. Nieto, quien las había pasado canutas con Balliu, se personó ya libre de ataduras en el área para asistir de cabeza a Iván Azón en el tanto del triunfo. Lo del delantero zaragozano es punto y aparte. Logró su segunda diana en Liga gracias a su decisión y oportunismo, lo que se traduce en cuatro puntos que son siete si se le concede el valor correspondiente al penalti del que fue objeto en Fuenlabrada. Siempre desde el banquillo pero con la convicción del titular de toda la vida.

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