El técnico vitoriano, con un equipo con más cuajo y los 22 goles de Borja Iglesias, alcanzó el 77% de los puntos desde una explosiva reacción de la jornada 24 hasta la 42. El alicantino, con una plantilla inferior, lleva el 58% desde que llegó en la 19 y no le dará para superar el espectacular porcentaje de su colega
No se había visto nada igual. Natxo González, que aguantó una crisis de las que fulminan entrenadores en la primera vuelta de la temporada 2016-2017 (sobre todo en el Real Zaragoza y con público en La Romareda) comenzó con el equipo una meteórica reacción con punto de partida en la jornada 24 que llevó al conjunto aragonés de estar a tres puntos de posiciones de descenso a meterse en el playoff como tercer clasificado. El técnico vitoriano sumó el 77% de lo que había en juego a partir de una victoria en Córdoba a la que sucedieron 13 triunfos más, dos empates y tres derrotas (41 de 57). Juan Ignacio Martínez está protagonizando otra no estupenda reanimación del equipo aragonés al conseguir el 58% (28 de 48) de los puntos desde que aterrizó en la fecha 19 del campeonato, con ocho encuentros por delante para que caiga el telón del torneo doméstico. Esa reactivación que ha propulsado al Real Zaragoza fuera de las cuatro últimas plazas para colocarle a un par de victorias de la salvación, no le dará sin embargo a JIM para superar el porcentaje de su colega, lo que entra en lo anecdótico teniendo en cuenta que el contexto y las plantillas de este par de hazañas tienen poco en común.
Siendo equiparables los méritos, González contaba con un vestuario de mayor grosor competitivo y sobre todo con un Borja Iglesias que marcó 22 goles, 13 de ellos a partir del impulso hacia las alturas. No era un once de ensueño, pero contaba además con Cristian, Zapater y Eguaras en su mejor momento y con un Mikel González que, pese a su rosario de lesiones, dotaba a la defensa de poso y experiencia… Pombo y Papunashvili en sus versiones más brillantes firmaron 12 tantos entre ambos, mientras Lasure hizo de su carril una fiesta durante toda la segunda vuelta. Javi Ros y Raúl Guti aportaban constancia y músculo. Juan Ignacio Martínez tuvo que subirse a un vehículo sin freno de mano y directo hacia el abismo con un equipo descompensado y una delantera de cartón piedra, cuestión que aún no ha resuelto. El alicantino tuvo que trabajar a ciegas durante mucho tiempo hasta dar con la clave defensiva y añadir ocho victorias y cuatro empates con un plantel muy justito donde Francho, Francés e Iván Azón, tres canteranos, han tenido que asumir con nota la terrible planificación de Lalo Arantegui. Del milagro de Natxo al milagro de JIM. dos situaciones extremas que estrechan lazos en un Real Zaragoza zarandeado por la improvisación, expuesto al todo o la nada y viceversa en una montaña rusa cuyo recorrido, como en las pesadillas, parece no tener fin.
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