La Fundación Zaragoza 2032 se encuentra en negociaciones avanzadas con un grupo inversor internacional para proceder a la venta de sus acciones y traspasar la propiedad del club, según ha informado hoy Cope Zaragoza en su programa de Deportes. La operación se viene fraguando desde hace tiempo, pero condicionada a la permanencia del equipo. Las victorias ante Fuenlabrada y Almería y la distancia de seis puntos con la frontera que delimita la 19ª posición de la tabla, sitúa al equipo a un par de victorias de seguir en la categoría según la tendencia actual de puntuación. En ese contexto, y una vez confirmada la continuidad en Segunda, el cambio accionarial apalabrado entre ambas partes adquiere cuerpo a la espera de la oficialidad.
La considerable rebaja de la deuda gestionada por la Fundación desde su desembarco en 2014 ha aliviado las cuentas de la tesorería, pero, condicionada por la urgencia de hacer frente a los diferentes pagos, no lo suficiente como para poder afrontar retos deportivos de alcance, lo que se traduce en un regreso a la élite. La erosión económica, deportiva y social de ocho temporadas consecutivas en Segunda –nueve con la que viene– un administración obsoleta de la sociedad que contempla la venta de sus mejores jugadores como única moneda de pago y los gastos generados por las nóminas de todos los consejeros han desarticulado cualquier tipo de salida siguiendo el mismo guión. El club, estrangulado por su propia incapacidad para invertir y para hallar soluciones, ha sido asesorado en este sentido por los estamentos futbolísticos en la búsqueda de un comprador que por fin ha aparecido.
En el camino, han han surgido los últimos meses un par de intentos de aproximación jamás considerados en serio por el club. La propuesta de Ander Herrera y César Sánchez se descartó de entrada pese a que se mantuvo, por respeto, que estaba en el aire, pero desde la entidad se consideró desde la primera toma de contacto que las atribuciones que solicitaban los exjugadores del Real Zaragoza no se aproximaban ni por lo más remoto con el capital que querían aportar. El grupo inversor actual se ha comprometido a refinanciar la deuda y a diseñar proyectos rales y atractivos para que el conjunto aragonés vuelva cuanto antes al lugar que le corresponde por historia. Fernando Sainz de Varanda, en una extensa entrevista que concedió en Palco23, ya había comentado que la puerta estaba abierta a la entrada de nuevos accionistas y a una posible venta del club.
César Alierta, tío de Fernando Sainz de Varanda, tiene el 49% de las acciones, que se elevan al 50,56% con la suma de las que posee su sobrino, un cantidad que le sitúa con la mayoría del club y con la posibilidad de venderlo sin consultar con la familia Yarza, Carlos Iribarren y Juan Forcén, propietarios cada uno un 13,46%, ni con el resto de accionistas en este caso minoritarios. La disparidad de opiniones sobre una venta en función de consejeros cuyo principal fuente ingresos es el club y otros que consideraban que era necesario buscar una salida provocaron una tensión en la cúpula zaragocista. El nuevo grupo inversor con capital internacional tiene la intención de sanear no solo el libro de cuentas, sino el organigrama de la institución, anacrónico por deseo de la familia Alierta, que apeló en su día al sentimentalismo (rechazó la sugerencia de la compra de un club para empezar de cero), al establecer que el Real Zaragoza se rigiera con las mismas pautas del pasado y por profesionales sin cualificación suficiente.
No sé quién es quién viene. Con el tiempo lo sabremos. También creo que el tiempo, que es el mejor juez, pondrá a la Fundación 2032 en su sitio merecido. Salvaron al club cuando estaba muerto y no venía nadie. Con su gestión y sin medio gramo de buena suerte han logrado que haya compradores. Esperemos que sea para bien. Es muy fácil hablar desde fuera. Ya no nos acordamos del larguero de Dorca en Las Palmas, de todo lo que se falló contra el Numancia en promoción o de todo lo que pasó el año pasado. Sinceramente, menos meter goles han hecho de todo. Y sí, vender han vendido todo también, ¿y qué más podrían hacer? Si estamos en mitad de un concurso de acreedores, coño… que parece que no nos hemos enterado todavía.