Yordi González, el rey de las segundas partes

El ariete gaditano, eclipsado para la titularidad por delanteros de un gran nivel, fue más influyente partiendo desde la suplencia que desde el inicio. En siete temporadas en el equipo aragonés, 24 de los 54 goles que logró los firmó como reserva

Ivan Azón es muy joven (18 años) y le resta mucho camino por recorrer, pero entre las decisiones de Juan Ignacio Martínez de mantenerle al margen de la alineación y su producticidad cuando entra al campo con los partidos muy avanzados, ha adquirido una rol eventual de jugador revulsivo. En Cartagena pero sobre todo en Fuenlabrada y frente Almería ha sido fundamental para que el Real Zaragoza vea el horizonte de la permanencia muy cerca. Dos goles (tres con el de la Copa en Torrelavega) y un penalti del que fue víctima han generado un debate entre quienes le contemplan como titular por delante de El Toro, Vuckic y Alegría y quienes consideran que en su progresión, ese papel de estimulante del equipo le viene bien para su evolución, sin las presiones de aparecer en el once en un conjunto de muy bajo perfil ofensivo.

En la historia del Real Zaragoza hay un futbolista que tuvo más incidencia partiendo desde la suplencia que desde el arranque de los encuentros. Aceptando la premisa de que no existen expertos en esta materia sino profesionales que se adaptan a unas circunstancias determinadas, como compañeros de mayor nivel que le relegan a un segundo plano, el caso de Yordi González resulta espectacular. El gaditano de San Fernando jugó 200 partidos entre Liga, Copa, Copa de la UEFA y Supercopa, de los cuales 104 los hizo desde el banquillo. Nadie ha sido reserva en tantas ocasiones en el club aragonés ni nadie ha tenido tanta influencia en ese contexto. Consiguió 54 goles, 24 de ellos como sustituto, y solo en una de sus siete temporadas en La Romareda (de 1997 al 2004) fue el delantero principal, en la campaña 2002-2003 para conseguir el ascenso a Primera con Paco Flores al timón. Lo curioso es que seis los 16 tantos que firmó, con un triplete frente al Elche, los materializó entrando en las segundas partes.

Jamelli, Pier, Milosevic, Juanele, Esnáider en su segunda aventura en Zaragoza y por último David Villa le cerraron las puertas para hacerse con un puesto principal en el equipo. Yordi, un auténtico bombardero, un ariete clásico con un poderoso juego aéreo, aceptó y se aclimató a ese ecosistema hostil para sus pretensiones. Siempre acudió a la cita con el gol, con mayor relevancia en el año del ascenso y no con menor trascendencia en el curso 1999-2000, cuando complementó la sequía de Milosevic en la segunda vuelta después de que el serbio consiguiera 17 tantos en la primera. En andaluz, al igual que Juanele pero con muchos menos minutos, colaboró con nueve, cuatro como suplente, para permitir que el Real Zaragoza luchará por primera vez en su historia por el campeonato de Liga hasta al última jornada. Sobresale en el recuerdo aquel partido en El Sardinero que se encargó de remontar en los minutos 80 y 89 con escándalo en el campo y Padros García haciéndose el agredido.

Uno de sus grandes servicios al club, como no podía ser de otra forma, se localiza en la final de la Copa del 2001, cuando con 2-1 a favor en el marcador salió en lugar de Jamelli para hacer el 3-1 definitivo contra el Celta de Víctor Fernández, un gol con suspense y carrera en solitario por medio campo (La Cartuja), penalti de Cavallero sobre el que se aplicó la ley de la ventaja y un revolcón del que se rehizo para empujar la pelota dentro de la red. Todo muy suyo, con una sobredosis de pundonor y oportunismo. Un año después, la directiva cometió un grave error de cálculo con el gaditano: cuando llevaba seis tantos y el Real Zaragoza estaba seco en ataque, se le dejó marchar al Blackburn Rovers. Volvió con el equipo en Segunda y fue clave para el regreso a la élite.

En el ejercicio 2003-2004, el de su adiós, Víctor Muñoz depositó toda su confianza ofensiva en Villa, Galletti y Dani. Eclipsado casi por completo, protagonizó uno de los momentos clave en la historia zaragocista. Después de haber vencido en los ida de los cuartos de final en el Camp Nou con un penalti de Villa, Luis García empató la eliminatoria en La Romareda. Calentó Yordi en el descanso, se incorporó por Drulic y en la segunda parte, en sus segundas partes, batió a Víctor Valdés en el minuto 84 para apear al Barcelona y dar el pase a las semifinales del torneo al Real Zaragoza. Su último gol, por supuesto saltando desde el banquillo, lo marcó en Vigo (0-2) en el 90. En la foto de la celebración del título de Copa contra el Madrid en Montjuïc, Yordi González aparece con una sonrisa titular de oreja a oreja.

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