Aquel 19 de mayo de 1996, poco más de una año después de haber ganado la Recopa, el Real Zaragoza acudió en la penúltima jornada de la Liga a Vallecas, donde el Rayo necesitaba ganar para evitar el descenso directo a Segunda y sacar, como mal menor, pasaporte para jugar la permanencia. La atmósfera en el estadio anunciaba un partido volcánico, pero no el terremoto que se desató en el campo con el colegiado, Padros García, disparando tarjetas rojas a diestro y siniestro y señalando dos penaltis al conjunto aragonés que de existir el VAR le hubieran supuesto al árbitro seguir todavía en la nevera. Los madrileños terminaron venciendo por 4-3 después de un encuentro que ambos equipos afrontaron con nueve jugadores durante la segunda parte.
Se celebrara el cumpleaños de la presidenta del club franjirrojo, María Teresa Rivero, esposa de Ruiz Mateos, y aquello era una fiesta de ida y vuelta, con dos equipos que solo sabían jugar con la cabeza bien alta y la portería enemiga en el entrecejo. Como Aguado había cortado al límite una carrera en solitario de Guilherme hacia Juanmi, a Padros García le acudió a la conciencia el sentimiento de la compensación y decidió que un desmayo del brasileño dentro del área con Cuartero a sus espaldas fuera penalti y tarjeta para el lateral, lo que supuso la expulsión del actual director general porque ya tenía una amarilla. Aquino, la estrella local, marcó desde los once metros y en el paseíllo hasta el centro del campo, Aragón vio la roja directa por, en teoría, comentarle algo al colegiado. En el minuto 38, el conjunto de Víctor Fernandez se quedaba con nueve.
Ardía el pequeño estadio y Cortijo, sin mediar balón de por medio, ejerció de cirujano sobre la pierna de Gustavo Poyet. Ese ramalazo carnicero le supuso la expulsión en el minuto 41. En el 43, Palacios probó la calidad del tobillo de Dani y también cogió el camino de los vestuarios al recibir la segunda amarilla. La locura seguía, pero el número de futbolistas se equilibró antes de que finalizara una primera midad caótica, con el exsecretario técnico zaragocista Martín González, entonces en las filas del Rayo, intentando poner algo de paz. Prados García abandonó el campo a la antigua, protegido por escudos policiales.
Con espacios por todas partes, el Rayo lo aprovechó con Aquino, quien con una medio volea a pase de Ezequiel Castillo y con un perfecto lanzamiento de falta directa estableció ya unas diferencias abismales en el marcador. El 3-0 lo maquillo Dani a pase de Gustavo Poyet, y el propio centrocampista uruguayo cabeceó el 3-2 a la portería de Wilfred. Un escalofrío se posó en Vallecas con la amenaza de ese inesperado acercamiento, que se congeló al establecer el empate tras una penalti cometido sobre Gay. Pero Guilherme perseguía el Oscar a la mejor interpretación y en el 84 sufrió otro vahído ante la proximidad de Gay, a lo que Padros García respondió con un penalti sacado de la chistera. Antonio Calderón, el que fuera con los años técnico del Huesca no perdonó y el María Teresa Rivera recibió su regalo después de que Fernando Cáceres obligará a Wilfred a realizar una de las mejores intervenciones de su carrera.
El colegiado jienense dirigió al Real Zaragoza en 14 partidos de Liga y uno de Copa, citas en las que el conjunto aragonés solo logró tres victorias. La más popular, por la repercusión que tuvo, se produjo en El Sardinero en la temporada 1999-2000 con dos tantos de Yordi (1-2). Munitis había puesto por delante al Racing y Yordi, saliendo desde el banquillo igualó el partido de cabeza mientras los jugadores del Racing reclamaban mano del delantero. Entre el tumulto de las protestas de los cántabros, el portero, Ceballos, se acercó a centímetros de Prados García, quien se dejó caer como su hubiera recibido un disparo a bocajarro. «Se abalanzó sobre mí empujándome con el pecho y lanzándome al suelo, recibiendo yo un golpe en la nariz». Escribió sin pudro alguno en el acta para que el guardameta acabara siendo sancionado con 12 partidos. La temporada anterior, en el Bernabéu, después de que el Kily empatará con furia un 2-0, dejó que Raúl hiciera el 3-2 en el minuto 90 en una más que probable posición de fuera de juego.