José Ignacio Bueno Grimal, exárbitro de Primera división, no tiene la menor duda de que «la mano de Jair es penalti». La tormenta desatada por la decisión de José Antonio López Toca, colegiado del encuentro Giorna-Real Zaragoza, «es la correcta en todos los pasos», explica Bueno Grimal. El central intercepta un balón que viene desde la derecha y contacta con su muslo, pero hace un movimiento extraño al separar el brazo derecho del cuerpo en el último instante, lo que facilita que amortigüe la pelota. «El jugador se encorva y baja el hombro. En directo es una acción algo complicada de apreciar, pero el árbitro está perfectamente colocado, visualizando todo lo que ocurre».
También subraya por qué no acudió a revisar la jugada al monitor, algo que le reclamaban con insistencia los jugadores del Real Zaragoza. «Si no consulta al VAR entiende que no es algo grave. Lo que ocurre es que desde la sala VOR se revisan todas las jugadas por protocolo, esa y todas con indiferencia de cómo acaben, y él esperó por si le comunicaban algo distinto a lo que había observado. No puede ir a mirarlo porque tiene que decírselo el VAR. Solo se acude al monitor cuando desde la sala le dicen que existe la posibilidad de que se haya equivocado, o que directamente se ha equivocado. En este caso coinciden los dos y no hay motivo para la revisión«.
¿Qué mano o brazo se sanciona como penalti?, una cuestión que para el público en general sigue siendo una incógnita por los criterios que se aplican. «Está muy claro aunque se pretenda enrevesar. Se castiga cuando quieres sacar provecho de ello ampliando el campo de acción. Una cosa es llevar la mano pegada al cuerpo y otro extenderla». La mano de Jair, según el excolegiado aragonés, «es penalti porque curva el brazo. Se aprecia muy bien en las imágenes de televisión, y a mi entender aciertan de pleno». Le duele que se incida, en cualquier parte, en que los árbitros actúan de mala fe o quieren dañar a tal o cual equipo. «Me parece absurdo, y más hoy en día. Se les sigue mirando con lupa aunque también es cierto que se ha evolucionado mucho culturalmente en este sentido. Sobre todo gracias al VAR y la profesionalización de los colegiados. Sí tiene un pero con la nueva tecnología. «En los fuera de juego, en este aspecto el VAR tiene que evolucionar porque algunos de los que se señalan, por un milímetro en ocasiones, están perjudicando mucho al fútbol».
