La victoria ante el Sporting permitiría dejar casi cerrado la salvación en el campo de un Lugo ruinoso, el próximo rival tras los asturianos. En caso contrario, el partido en tierras gallegas augura una batalla feroz
A la espera de los partidos que disputan este domingo Logroñés, Cartagena y Albacete, los resultados de la jornada, sobre todo por la propia derrota del Real Zaragoza en Gerona, sin angustiar sí provocan una cierta arritmia. Son los efectos secundarios de vivir tanto tiempo en el abismo. La tendencia de puntos para la permanencia ronda los 47 o los 48. Es decir que el conjunto aragonés, con dos victorias y un empate en los siete partidos que le restan, seguiría perteneciendo a la Segunda división, donde cumplirá su noveno curso consecutivo. Lo ocurrido en Montilivi hay que interpretarlo dentro de la normalidad sin darle carta de naturalidad. Un principio inesperado y polémico con el penalti de Jair, un rival mejor y más metido en el partido y una inusual flaqueza defensiva se sumaron a la cojera ofensiva que sufre el equipo de nacimiento.
El próximo encuentro contra el Sporting de Gijón, que ha perdido en El Molinón contra un Oviedo que se había metido en serios problemas, recupera al Real Zaragoza para las finales. Los asturianos se presentan con la necesidad de ganar en su lucha por conservar una de las plazas del playoff, una situación muy similar a la de la cita contra el Girona, y el equipo de Juan Ignacio Martínez busca echarle el candado al sufrimiento con un triunfo en La Romareda, su gran refugio nuclear. La importancia de este partido con doble cara es capital. En el caso de que no se lograran los tres puntos y con alguno de los de abajo acercándose más, el Anxo Carro se visitaría como el escenario de una batalla crucial en esta guerra.
El Lugo ha perdido con el Alcorcón en un duelo directo y arrastra nada menos que 13 jornadas consecutivas sin ganar (cinco derrotas en sus últimos cinco compromisos). Su desplome indica lo peor y antes de enfrentarse al Real Zaragoza jugará con la Ponferradina. En el supuesto de que la escuadra de JIM rindiera al Sporting, en este desplazamiento podría dejar vista para sentencia su salvación. Si no es así, acometerá un encuentro fronterizo en todos los sentidos, con las urgencias pisándole de nuevo los talones y un enemigo a la desesperada. El Anxo Carro puede significar un antes y un después según el marcador que se produzca ante el Sporting. Por supuesto, según lo que acontezca en Lugo, donde debutó en Liga con 17 años Alejandro Francés el curso pasado (1-3).
