Carcedo, sombra de Emery y luz del Ibiza

En una tarde infernal de junio de 2003, los termómetros estallaron en Leganés. El equipo que entrenaba Enrique Martín necesitaba ganar a un Real Zaragoza con el ascenso a Primera prácticamente en la mano. Un duelo de intereses encontrados, un encuentro sofocante que resolvió el argentino Pablo Ignacio Calandria con dos goles que provocaron el delirio en Butarque. En la alineación del conjunto madrileño figuraba en el mediocentro Juan Carlos Carcedo, actual entrenador del Ibiza, ese día sin Unai Emery, ahora dirigiendo los destinos del Villarreal. En el campo pero sobre todo fuera de él comenzaron a sintonizar en los conceptos del fútbol para un futuro oficio en los banquillos que les uniría a partir de 2006 y que duró nada menos que 14 años de tremendas experiencias a nivel nacional e internacional. El vasco le reclamó como segundo del Almería y compartieron esos papeles en el Valencia (2008-12), Spartak Moscú (2012), Sevilla (2013-16), PSG (2016-18) y Arsenal (2018-19). Tras una experiencia en Londres, donde ocuparon el vacío de Arsène Wenger, condujeron a los gunners a la final de la Europa League que perdieron con el Chelsea. En el mes de noviembre fueron despedidos y separaron sus destinos por primera vez.

Juan Carlos Carcedo atendió la llamada del exzaragocista Fernando Soriano y emprendió su primera aventura en solitario como primer entrenador en el Ibiza, rival del Real Zaragoza el próximo viernes en La Romareda en el arranque de la Liga Smartbank. El cuadro balear respondió como un tiro y logró subir por primera vez en su historia a Segunda siguiendo su metodología, arraigada en huir del azar y centrarse en controlar los pequeños detalles que deciden los encuentros. El técnico riojano, relevo de Pablo Alfaro, tuvo mucho que ver en ese hito. La sombra de Emery, su estratega de cámara y admirador de Arrigo Sacchi cuando coincidió con el italino en el Atlético, se hizo luz. Trasladó al grupo una de sus premisas innegociables, que el jugador sea un obseso de este deporte, nada de medias tintas. «Me gusta un equipo intenso, que trabaje junto, que presione, que sea dinámico, que podamos tener la posesión del balón, siempre que el rival nos lo permita, y a partir de ahí atacar los espacios, ir directo a gol y crear las máximas ocasiones posibles». Esta fue su carta de presentación en la pretemporada. A sus 47 años acumula un pasado que pese a no recogerse en los focos informativos, deslumbra desde esa segunda línea tan difícil de distinguir de la primera en el profesionalismo este entrenador «tranquilo, sensato y con la cabeza muy bien amueblada», según cuentan sus amigos.

Con Emery, o el de Hondarribia con él, y después de tomar contacto un año antes con el fútbol desde fuera del campo en la UD Las Palmas para colaborar en el ascenso a Segunda B de los amrillos, subió con el Almería a Primera, con una plantilla donde figuraba Soriano, su actual director deportivo y valedor de que haya renovado hasta el 2023 con el club ibicenco. En el equipo de Mestalla, donde estuvo cuatro temporadas, logran tres clasificaciones seguidas como terceros, llegan a semifinales de Copa del Rey y Europa League, y salen en dirección al Spartak de Moscú, donde sólo permanecen nueve meses. Carcedo y Emery afrotan el desafío del Sevilla, que se traduce en la conquista de tres Europa League consecutivas. Esta impresionante tacada, sin precedentes en la competición, les abra las puertas del París Saint Germain. En Francia chocan con el Mónaco en la disputa de la Ligue 1 y ya con Mbappe y Neymar se hacen con el título pero no logran el objetivo marcado en rojo en el PSG: la Champions. El 6-1 del FC Barcelona en el Camp Nou después de haberse impuesto en la ida por 4-0 les deja fuera en octavos de final, y el Madrid les tumba en la misma roda en el ejercicio siguiente. De Parque de los Príncipes a Highbury para regresar a España.

Juan Carlos Carcedo vuela ya en solitario con una mochila repleta de tesoros desde el aprendizaje y, sin duda, protagonismo en la enseñanza. «He tenido la suerte de entrenar con Unai, lo que me ha permitido crecer en diversos países. He tenido la fortuna de pasar por diversas etapas y categorías. Yo empecé en Segunda B. Subimos con Las Palmas a Segunda. Conozco muy bien todas las categorías». El viernes, contra el Real Zaragoza, emprende otro camino en su proyección como máximo responsable, con un Ibiza que lleva el sello de alguien que ha sido alumno y maestro en la escuela de Emery.

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