Carta a Christian, con todos los respetos

Con todos los respetos del mundo, querido Cristian, cuando uno asume un rol, un papel o un protagonismo secundario en su vida, en primer lugar tiene que saber cuál es su posición y actuar en consecuencia. En el organigrama del club se especifica que tu cargo es el de presidente, y nadie lo discute. Pero todos sabemos que esa posición de privilegio te viene heredada por un apellido e impuesta por ser un trabajador de la misma empresa que comparte la propiedad del Real Zaragoza, lo que en principio no tiene por qué generar prejuicios. Para mí siempre han sido tan importantes, como es tu caso, los actores que parecen al final de los créditos de cualquier película que quienes ocupan cabecera en el cartel. Porque cada personaje cumple una función y es la suma de todos lo que otorga prestigio o deshonra a una empresa. La tarea de ser el portavoz de decisiones en la que eres un simple espectador exige educación y aceptación de las responsabilidades que se ajustan a tu cometido. Pero el paso del tiempo, la exposición ante las cámaras y los micrófonos y las tentaciones del famoseo por roce te han desorientado hasta convertirte en alguien antipático. Una pena tan triste como tu consideración de que Irene Molina, periodista de Aragón Televisión, tenga que escuchar que «falta al respeto a los futbolistas» por considerar que la plantilla pierde valor a pasos agigantados cada año. Esa valoración personal es lo que te pierde, como te ha ocurrido en otras ocasiones muy desafortunadas. Eres un vaso comunicador, no un opinador, de un un equipo que es penúltimo, apenas juega al fútbol y nunca ha estado tan próximo al descenso a Segunda B. Estos pequeños detalles deberían de ser suficiente caudal informativo como para que contuvieras esos arrebatos de soberbia, porque no eres mala persona, solo un tipo confundido por esa travesía de donnadie con ínfulas y cuello almidonado que debería pedir perdón a la periodista. A la persona que vive en la realidad y en la verdad, como casi todo el mundo que sufre la devaluación progresiva del Real Zaragoza mientras tus superiores restan (¿»35 o 40 millones a la deuda»?) dilapidando patrimonio del club porque ninguno quiere exponer el suyo. Felices fiestas Cristian y próspero 2032.

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