Enrique Clemente está sentenciado en el Real Zaragoza, su club de toda la vida. Hubo un detalle en el Anxo Carro que dejó en evidencia que el central, que termina contrato en junio de 2022 y que acaba de rechazar una oferta a la baja (un año y una mejora irrisoria sobre el salario mínimo interprofesional que cobra y que ha sido rechazada), no cuenta ni para Miguel Torrecilla ni, claro está, para Juan Ignacio Martínez. El técnico tenía un problema en el lateral izquierdo y apostó por Nieto, sustituido en el descanso tras una una desastrosa primera parte. El recambio podría haber sido Clemente, zurdo y conocedor de la posición, pero apareció Gámez a pierna cambiada, decisión palmaria de que no va a jugar un segundo en lo que resta de temporada. Junto a Javi Ros son los dos futbolistas que aún no han tenido presencia alguna en el equipo (Lasure y Vigaray están en procesos de recuperación de largo recorrido). El director deportivo, de una manera muy sutil, ha forzado la situación que persigue: su marcha del club. La pregunta es de qué informes dispone Torrecilla para despreciar con esa rotundidad a un jugador que desconoce y que ha sido catalogado como una de las joyas de la Ciudad Deportiva. Después de la extraña cesión de Luis Carbonell al Real Madrid con una opción de compra de 1,5 millones de euros, donde está siguiendo un minucioso proceso de adaptación a la profesionalidad, ese filtro no enmascara una subjetividad mucho más que cuestionable tratándose de dos de las mejores piezas del patrimonio del club.
Se intuía que su rol en el equipo iba a ser el de tercer central tras la espectacular progresión y asentamiento de Alejandro Francés y la necesidad de los centímetros de Jair para fortalecer el eje defensivo. El fichaje de Lluís López le desplazó una escalón más abajo, pero visto el rendimiento del catalán, no hay la menor duda de que Clemente es un defensor más completo. Después de haber superado una rotura del ligamento cruzado con el Deportivo Aragón, fue titular para Víctor Fernández en la temporada que se rozó el ascenso directo, alternando en ocasiones con Grippo. Tenía el respeto y la admiración no sólo del entorno, sino del propio vestuario, quien le reclamaba por su manera de tratar el balón y su capacidad para superar líneas en conducción, muy por encima de las capacidades de Atienza y Grippo. Internacional con la sub 21 de Luis de la Fuente, con quien fue titular en tres partidos clasificatorios para el Europeo 2021, Lalo Arantegui propuso que saliera a préstamo, con destino final al Logroñés. De vuelta a casa, con 22 años, el cuerpo técnico capitaneado por Torrecilla la ha cerrado las puertas por completo en otra operación de complicada justificación que desprecia sin miramientos a un jugador que podría darle réditos deportivos y económicos con un poco más de paciencia y visión de futuro.
Pues sí. Qué bien haría en irse de este equipo