CVC, larga vida para la Fundación

De la compraventa ni hablamos por respeto a la afición y a los simpatizantes. Ese proceso non nato y las maniobras gestadas ya están dejando las primeras y graves huellas en el equipo, víctima de un montaje que tuvo de cierto el interés pero jamás el desembolso por un cambio accionarial que se buscó sin éxito por parte de los miembros de la Fundación, cada uno a la suya. Si toca, sin embargo, tratar algo que se está naturalizando sin ningún pudor y alimentado por silencios institucionales y mediáticos para correr un tupido y vergonzante velo sobre el asunto. Un tema que ha producido un serial de informaciones o suposiciones y que ha acabado en nada, o lo que es peor, en que el club sigue regido por los mismos. Se ha escuchado y leído que Luis Carlos Cuartero y Christian Lapetra iban a salir, el primero por agotamiento y el segundo por una hipotética imposición; que el consejo era, y lo es, un reino de taifas en el que se pugnaba por la influencia o el sueldo en una futura propiedad. La competición ha empezado, la novena temporada en Segunda División con un punto de seis disputados y con una plantilla con numerosas taras deportivas, y aún se promueve el optimismo gratuito por generación espontánea.

El escenario sin ser aterrador sí invita a la máxima preocupación. La Fundación sigue al frente y ha encontrado la coartada perfecta justo cuando se ahogaba, cuando la liquidación empezaba a merodear por sus intenciones, descartada por el daño a la imagen pública de los empresarios que representan a la institución. El fondo de inversión, CVC, que ha pactado con la Liga un acuerdo aún por cerrar y por conocer con exactitud las cantidades que corresponderían a cada club, ha sido el chaleco salvavidas no para el Real Zaragoza, porque habrá que descubrir con el paso de los años si, como parece, es pan para hoy y mucha hambre para mañana, sino para este grupo de gestores sin ningún tipo de vínculo sentimental hacia lo que representa la entidad.

El importe que corresponderá al club aragonés, con un 15% reservado para aumentar el límite salarial, va a permitir una prórroga de al menos tres años más para la Fundación, también para que sus integrantes sigan acudiendo al final de mes a cobrar sus suculentas nóminas y, quién sabe, con la esperanza de que mientras tanto aparezca en el horizonte un comprador de verdad o un campo de fútbol. Larga vida, larga agonía para un equipo que continúa en la galería de los equipos condenados a pena de muerte sin fecha de ejecución, a la espera de un indulto que sólo llegará cuando esta directiva deje de ser juez y parte.

El 12 de agosto de 2019, una semana antes del estreno en Liga, el número de abonados del Real Zaragoza superaba la barrera de los 25.000 carnés con un ritmo incesante desde el lanzamiento de la campaña el 19 de junio. Al final de la campaña de captación se consiguieron 28.419 socios.

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