El espectral Narváez, la falta de gol y el fútil Bermejo

Lo ocurrido en los Juegos del Mediterráneo, al margen de lo estupendo del líder y de la nula respuesta del Real Zaragoza por manifiesta inferioridad cualitativa, sí deja algunos asuntos que repasar o sobre los que incidir. El principal, sin duda, la parsimonia de un Narvaéz irreconocible que regresó a la titularidad nueve partidos después de haberse lesionado frente a la Ponferradina. El jugador más influyente en ataque la temporada pasada, que estuvo muy cerca de salir en el mercado de verano, ya había dejado señales de su poca influencia en las segundas partes que le concedió JIM contra Las Palmas, Leganés, Amorebieta y Eibar para que vaya cogiendo el ritmo. En Almería ni se conectó a la corriente pese a la motivación que podía suponer volver a la alineación. Aquel fiero y ambicioso delantero condenado a la banda pero libre para aparecer y percutir con más o menos puntería por el frente ofensivo se ha transformado en un personaje espectral. Las causas no parecen físicas, sino más bien de una rebaja del estado anímico, lejos de la implicación que requiere un equipo corporativo al que no le sobra nada.

El cafetero ya no sólo no marca sino que ni siquiera produce para un Real Zaragoza que ha estado muy cerca de instalarse en la zona alta por el rendimiento que ha sacado a su pobre capacidad realizadora. En sus últimos cuatro encuentros de Liga ha logrado dos dianas, en el empate en Amorebieta y la victoria sobre el Eibar. El despertar de Álvaro en Burgos después de 14 jornadas en blanco, su doblete en el Gran Canaria y el tanto en Lezama animó a un ariete que ha mejorado sus prestaciones, pero todavía con unos números muy bajos en esta primera vuelta para el puesto que ocupa. Vada, ausente por lesión en Almería, es, con otros cuatro goles, quien más ve puerta en un Real Zaragoza que cada vez genera menos, pendiente de aprovechar errores ajenos donde antes intentaba provocarlos. En los Juegos del Mediterráneo ni saludó de cerca a Fernando en todo el partido, con Álvaro Giménez a una distancia sideral de donde puede hacer daño, con dos acompañantes muy ligeros para suministrar balones al punta ilicitano: Narváez y Bermejo.

Lo de Bermejo también merece un estudio. Descomunal frente al Las Palmas en su partido más completo, casi nunca deja huella profunda aunque ya haya intervenido en 17 encuentros. Cinco apariciones consecutivas en el once con un par de sustituciones en el descanso y la de Almería, en el minuto 67 tras perder una pelota en posiciones adelantadas que dio lugar al primer gol del equipo de Rubi. Juan Ignacio Martínez insiste con tozudez en el zurdo sin que apenas responda a su confianza, dejando en la sombra a un Borja Sainz varios peldaños por encima y con quien, curioso, no ha perdido el Real Zaragoza en las seis ocasiones que el vizcaíno ha sido titular. La cuarta derrota de la temporada pertenece al equipo aragonés y sobre todo a los méritos de un Almería inalcanzable en todos los sentidos. Pero Narváez y el fútil Bermejo no están y la falta de gol exige como mínimo una mirada al mercado invernal.

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