El Huesca se desangra en defensa

El Real Zaragoza y la SD Huesca llegan al encuentro del próximo lunes emitiendo señales de crisis, cuyas dimensiones se perciben como puntas de icebergs todavía por concretar su tamaño real. El equipo de Juan Ignacio Martínez ha entrado de lleno en la zona de descenso por su falta de gol y el de Nacho Ambriz por todo lo contrario, por una fragilidad defensiva impropia no ya de un aspirante al ascenso, sino en algunos casos fuera del marco de la mínima exigencia de concentración profesional. Ambos arrastran bastantes más déficits para explicar los porqués de las distancias actuales con sus objetivos originales, pero la falta de acierto rematador de uno y las múltiples desatenciones de la retaguardia de otro concentran el análisis superficial aunque cierto de sus situaciones actuales.

Una victoria del Real Zaragoza, que ha perdido dos partidos mientras reina en los empates (5) le permitiría superar a los altoaragoneses en la tabla, el tercero con más derrotas de la categoría, cuatro, tras el colista Alcorcón y el Cartagena. Después de dos triunfos iniciales con la portería a cero ante Eibar y Cartagena y una solvencia de juego propia de un equipo de altura, el Huesca encadenó tres derrotas consecutivas ante el Las Palmas, el Oviedo y el Lugo y una igualada frente al Fuenlabrada que dejaron al descubierto un bloque muy agrietado, con un técnico inestable en la configuración de un sistema concreto y un par de delanteros, Pitta y Gaich, muy físicos pero en nada coincidentes con puntas capaces de generar por sí solos una auténtica amenaza ofensiva o de liderar transiciones. Las sombras de los mejores Rafa Mir, Okazaki, Cucho Hernández o Chimy Ávila, capaces de provocar tormentas por sí solos, se han hecho demasiado alargadas. Los efectos balsámicos del triunfo cogido con hilos ante una Real Sociedad B superior aun presa de su ingenuidad, se han evaporado con otro fracaso con el Tenerife en El Alcoraz.

Los azulgrana llegarán a La Romareda con el gotero. Siendo peor la clasificación del Real Zaragoza, la limitada escuadra de JIM muestra un carácter competitivo más lineal que, por lo menos, le ha servido para remontar o equilibrar el marcador en muchos partidos, un espíritu de lucha que el Huesca consume mucho antes. Lo más llamativo de su desorden y de la caída productiva de futbolistas que fueron faro caso de Seoane, Mikel Rico o Mosquera y la inadaptación de los nuevos, sobre todo un Cristian Salvador metido con calzador de central y un Ignasi Miquel desconocido, han derivado en un escandaloso abandono de los conceptos defensivos. La forma en que se ha producido algunos tantos en contra son sonrojantes. Sin ir más lejos, el Tenerife dio la vuelta al partido (1-2) por la indolencia de Ignasi Miquel al proteger un balón que se perdió por el fondo y que lo rebañó Shashoua y por un viaje a la inopia de Seoane en la frotal de sus área aprovechado por el propio Shashoua para asaltar una trinchera de algodón de azúcar. No hay nada casual en ese par de errores monumentales.

Las Palmas fue el primero en meter el dedo en la llaga. Un penalti por distracción de Mikel Rico sobre Jesé y una contra de los canarios sin repliegue alguno por su banda izquierda habilitó a Pegiño para hacer el 2-0 en apenas 14 minutos. El Real Oviedo retrató que la apuesta de Cristian Salvador como pareja de Pulido carece de sentido alguno. Borja Bastón le ganó la espalda y un balón aéreo y Obeng le desarmó físicamente en un pulso cuerpo a cuerpo (1-2). En el Anxo Carro, los tantos que recibe después de adelantase en una cita que se le supo de cara cuando todo indicaba cruz confirmaron su salud defensiva es muy delicada. Una pelota arrebatada por Chris Ramos a Buffarini cogió desprotegido el pasillo izquierdo, por donde apareció como una bala Gerard Valentín para marcar. Después de ponerse 1-2 con un tanto en propia meta de Manu Barreiro y otro de Escriche, a Andrés Fernández se le ablandaron los guantes con Barreiro y su caña dipuestos para empatar. El 3-2 definitivo para el Lugo cogió a todo el Huesca de vuelta a ninguna parte, al trote cochinero mientras se filtraba a toda máquina Chris Ramos por la derecha para asistir a Cuéllar en su veloz anticipación en el primer palo.

En un partido de trasfondo tan emocional y sumergidos ambos en un mar de dudas, el Huesca se presenta en La Romareda más bajo de hemoglobina. Su palidez defensiva sólo pasará desapercibida si el Real Zaragoza continúa con su raquitismo goleador. Todo indica que es un encuentro de máxima rivalidad que se jugará en la consulta médica y de cuyo resultado uno de los dos puede salir en dirección a urgencias.

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