El inaplazable salto al ruedo de Sanllehí

Se acabaron los medios tiempos. Salvado el Real Zaragoza y con tres partidos por delante que más que mejorar la imagen pueden deteriorarla, el siguiente paso obliga una presencia pública de Raúl Sanllehí para ofrecer en vivo y en directo la aproximación más exacta posible de lo que le espera al club en el futuro con la nueva propiedad. Aunque sea un esbozo a nivel de objetivos, la afición necesita descubrir la línea editorial de un equipo que en las últimas nueve temporadas ha soportado el desprecio institucional entre silencios y economías de formato tercermundista. A partir del martes –carece de sentido prorrogar más la espera– el director general en funciones ha de aparecer como director general de facto, con un organigrama en mano del que haya desaparecido Luis Carlos Cuartero y la plana mayor de la directiva saliente. Ya carece de sentido alguno guardar las formas durante dos semanas vacías que sólo aportarían un grado mayor de inquietud, especulaciones y sospechas sobre ese porvenir que fue tímidamente presentado en palabras del propio Sanllehí y del presidente Jorge Mas en el medio oficial del club.

Una vez formalizados y cumplidos todos los condicionantes para que el grupo inversor cogiera el timón de la institución, la programación de una próxima temporada a la que ya se llega tarde pide medidas urgentes. En principio es lógico que sea complicado establecer una carta de navegación deportiva de trazos exactos, pero sí aportar pinceladas más o menos gruesas de la dirección que se tomará se trate de un camino corto o de un proceso pausado aunque de pulsos firmes. Después de haberse dejado ver por los diferentes despachos, en el palco y en un acto público de la dimensión histórica como fue el funeral de José Luis Violeta, la figura de Sanllehí ha pasado de puente protocolario a la de arquitecto de una plataforma novedosa, moderna y con capital suficiente, en teoría, para comenzar una huida hacia la élite del fútbol español.

Las personas que aún pertenecen a la estructura de la SAD, viven días de incertidumbre, una situación ya injustificable por la salud del Real Zaragoza y la de los propios profesionales, en muchos casos pendientes de los cambios que se puedan producir y de acelerar la búsqueda de otro destino. Dilatar la toma de decisiones y su comunicado en función de un calendario deportivo que ha perdido todo sentido, puede enturbiar la atmósfera. Miguel Torrecilla va comentando que se le ofrecería la renovación y Juan Ignacio Martínez flota en un limbo injusto mientras nombres de otros entrenadores empiezan a orbitar sobre el banquillo zaragocista. De la cantera, el director general ya ha dejado claro que hay excelentes informes, pero en la Ciudad Deportiva, y no sólo en los responsables del fútbol base, cunde el nerviosismo porque nadie sabe nada en concreto. En puestos administrativos, jefe de prensa incluido, es probable que poco o nada varíe.

También sería interesante que se explicara cuál es la situación actual de la propiedad para alcanzar el 91% de las acciones –ahora cuenta con el 50,56% de la familia Alierta– y si los minoritarios siguen dispuestos a vender sus títulos o Yarza y Forcén se replantearían un escenario continuista que les permitiera seguir vinculados al club por otro tipo de lazos. Si esto último no sucede, el giro de guión de una hipotética complicidad de los empresarios aragoneses con el grupo inversor convertiría el proyecto en una maniobra como para que saltaran algunas alarmas. Sanllehí tiene que arrojar luz de inmediato, ya como faro bien visible de un Real Zaragoza que ha sido sede de la ambigüedad y de las mentiras durante una década.

One comment on “El inaplazable salto al ruedo de Sanllehí

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *