Nombró al mejor burlador de la historia del fútbol, el brasileño Garrincha, para enfrentarse a las preguntas sobre si considera que tiene alguna opción de seguir en el Real Zaragoza la próxima temporada. Juan Ignacio Martínez, con el equipo recién salvado, engrasó la cintura frente a los interrogantes sobre si ha recibido alguna señal de la nueva propiedad en uno u otro sentido, el de la no renovación de su contrato o el de una continuidad que ahora mismo se antoja más que remota. «Raul (Sanllehí) es la persona que está inmersa en los cambios del club. A partir de hora se reunirá conmigo, pero de verdad que no es el tema que en estos momentos más me preocupa», comentó el entrenador sobre una cuestión que prefirió orillar para enfatizar en su enfado por la derrota contra el Alcorcón y la necesidad de reponer la imagen competitiva que se ha perdido en las últimas semanas.
Vino de la mano de Miguel Torrecilla, quien tiene alguna opción de seguir como director deportivo, y esa estrecha relación entre ambos puede romperse después de dos temporadas muy intensas en el Real Zaragoza. JIM repitió que ese vínculo no es el de un «matrimonio. A Miguel le tengo agradecimiento porque me permitió llegar al fútbol profesional con el Salamanca… Mi objetivo no era la salvación, sino subirlo a Primera. Si a Miguel le dicen que siga…». La permanencia matemática va a provocar una inmediata reacción en cadena por parte de los nuevos dueños, pero el técnico evita una y otra vez entrar en especulaciones sobre su futuro. Dice que su obligación es estar al frente de la nave y evitar que se salga de la ruta que le conduzca a la mejor clasificación posible. «El mensaje de Raul fue que lucháramos por lograr la mejor posición posible. Lo que me ha dolido es no haber podido pelear hasta el final por la ilusión de estar a un partido de jugarte cosas».
La derrota de la Real Sociedad ayer ante el Almería ha dejado la recta final como una invitación a la complacencia, algo que el entrenador quiere evitar pese a que el equipo dé señales muy claras de laxitud. «Para que hubiésemos tenido problemas te tenías que morir tú y que los demás resucitaran. Esa no es la cuestión. Tenemos el orgullo muy herido por el enfado lógico que la afición tiene con nosotros y por el daño que le hicimos a José Luis Violeta por no poder brindarle la victoria frente al Alcorcón. En lo que queda, debemos demostrar respeto por el seguidor, por la ciudad y por el escudo. Ese luto está costando mucho digerirlo y qué mejor forma de hacerlo que conseguir los tres puntos en Oviedo».
Mantiene a rajatabla que aunque el escenario invite a contar con actores poco habituales, no lo hará. «Tengo que presentar la alineación más competitiva posible. Lo de Lasure, por ejemplo, lo tengo entre ceja y ceja porque ya está para jugar. Pero no soy de muchos premios sino de merecimientos», explica JIM, quien prácticamente descarta que Vigaray pueda reaparecer en alguna de estas tres jornadas. Pide honradez y honestidad para dar la cara en el Carlos Tartiere. «Ellos se juegan mucho y nosotros tenemos que estar a la altura de ese partidazo».
Qué ganas tengo de que os vayáis TODOS!!!