El Madrid castiga a un Barça bajo en defensas

El clásico fue para el Madrid por madurez, mejor disposición táctica y motivacional y porque el Barça tose visiblemente en defensa, donde sufrió con una línea muy famélica. Eric García y Sergi Roberto carecen de nivel para un conjunto como el azulgrana, y a través de ellos, sobre todo del central, el equipo de Ancelotti halló la colaboración necesaria para llevarse un partido que reclamó suyo desde muy temprano. La victoria blanca tuvo dos capítulos amplios y destacados en la historia de la cita: la distancia abismal entre la conducta agresiva y ganadora de duelos del hoy líder y un Toni Kross poliédrico bajo cuya jerarquía brillaron todos sus compañeros en el centro del campo. La exhibición del alemán como obrero e ingeniero, el pico y pala de Federico Valverde y el fútbol elástico de Modric hallaron a sus espaldas a Tchouameni, un fijador de muchos kilates entre la medular y los categóricos Militao y Alaba.

Ancelotti apostó por la eficacia y Xavi por la utopía. En ese pulso de estrategias, la intensidad hizo de juez implacable y la del Madrid se manifestó sin treguas, con armadura psicológica donde la finura de De Jong, Pedri, Dembelé y Raphinha quedaron detenidas y presas, esta vez sin que Busquets llegara a tiempo para engrasar esa máquina de genios. El clásico despertó con un clásico en el Bernabéu, un pase a la carrera de Vinicius que el brasileño estampó sobre Ter Stegen, pero cuyo rechace recogió Benzema para elevar el 1-0 al marcador y abrir las puertas al balón de Oro. El truco de siempre con los magos habituales en el cartel de Ancelotti. Demasiada carga para un Barça desaliñado y anárquico, estampado por el repliegue de su rival y expuesto a que ocurriera lo que sucedió. Eric García peinó el balón de los vientos, desmembró a Koundé y en el lío apareció Valverde sobre la media luna para embocar el 2-0.

Los cambios de Gabi, Ferrán y Ansu Fati le dieron más chispa a los azulgrana, mientras Lewandowski permanecía inmovilizado por Militao y las ayudas de Alaba. Los tres protagonizaron el  2-1, una arrebato de furia, clase y definición que, sin embargo, apenas afectó al sistema de equilibrios de un Madrid que tiene memorizado el guión. Ancelotti puso en escena a Camavinga por un Modric con tarjeta y a Rodrygo, quien jugó de nuevo con Eric García para que el central le hiciera penalti, un lanzamiento que él mismo transformó. El clásico se cerró como había comenzado, además con Rudiger en el campo por si había alguna duda, con un Madrid de martillo y un Barça que en compromisos de este calibre descubre todas sus vergüenzas en defensa.

3 Real Madrid: Andriy Lunin, Alaba, Dani Carvajal (Rüdiger, min. 87), Ferland Mendy, Eder Militao, Modric (Camavinga, min. 77), Kroos, Aurelien Tchouameni, Benzema (Marco Asensio, min. 87), Federico Valverde y Vinicius Junior (Rodrygo, min. 84)
1 Barcelona: Ter Stegen, Koundé, Eric Garcia, Alex Balde (Alba, min. 59), Sergi Roberto, Frenkie De Jong, Pedri (Kessié Franck, min. 82), Busquets (Gavi, min. 59), Ousmane Dembélé (Ansu Fati, min. 72), Raphinha (Ferrán Torres, min. 59) y Lewandowski.
Goles 1-0 min. 11: Benzema. 2-0 min. 34: Federico Valverde. 2-1 min. 82: Ferrán Torres. 3-1 min. 90: Rodrygo.
Árbitro:  José María Sánchez Martínez.  Tarjetas amarillas a Vinicius Junior (min. 29), Modric (min. 74), Gavi (min. 80) y Kessié Franck (min. 92)

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