Francés y Jair, la perfecta armonía de lo asimétrico

Una de las claves de la mejoría del Real Zaragoza ha sido su salto cualitativo en defensa. Los goles a favor, pese al par conseguidos en Málaga, siguen siendo su asignatura muy pendiente, pero no encajarlos se ha convertido en una excelente costumbre, innegociable para cualquier equipo se cual sea su aspiración. El trabajo de JIM ha ido en esa dirección, en la búsqueda prioritaria del blindaje a la espera de hallar la llave de una identidad ofensiva que en La Rosaleda se dejó entrever con un fútbol trufado de participantes por las zonas interiores del campo. El conjunto aragonés ha recibido tres tantos en seis partidos de Liga con su nuevo entrenador, uno con el Cartagena, otro tras un penalti inexistente en Albacete y el tercero este fin de semana con un disparo desde fuera del área de Luis Muñoz que hay que apuntárselo a los méritos del mediocentro malacitano. Juan Ignacio Martínez ha cerrado un grifo antes de preocuparse de abrir el otro. Y aunque Vigaray fue el MVP en La Rosaleda, hay una pareja en concreto que por fin sintoniza en la misma onda.

La comunión entre Francés y Jair es un hecho evidente, pero además hay números que ratifican que su sociedad es fruto de la mezcla de sus virtudes. El portugués presenta uno de los mejores porcentajes del campeonato en el juego aéreo con el 71.19% de los duelos ganados (47 por 17 perdidos), equilibrando la menor capacidad para esta suerte de su compañero, un 47.37%. El canterano, de 18 años, sin embargo sobresale sobre el resto de la plantilla por su habilidad para la recuperación de balones (30), por encima de Jair con 14. El zaragozano, con un físico aún por construir, imprime a sus acciones velocidad y reacción para la anticipación y correctas lecturas para estar en lugar adecuado en las coberturas. Jair aventaja a Francés en la lucha cuerpo a cuerpo (63,64% por 51,72%), pero el aragonés le supera cuando ese pulso implica habilidad en el robo 55.93% por 48.28%).

La potencia en el salto del lisboeta es soberbia, al igual que su contundencia cuando el guión exige el choque de trenes. Para jugar la pelota, mejor Alejando Francés, con pie más fino para el acierto en el pase largo, mientras que el equilibrio es prácticamente absoluto en el centro corto con un porcentaje cercano al 80%. El zaragozano mira bastante más hacia arriba en los desplazamientos, con 307 pases por los 200 de Jair. En esa conjunción de capacidades, el Real Zaragoza ha corregido con nota uno de sus principales problemas sin que haya hecho falta recurrir a Peybernes, que en principio amenazaba la titularidad de un Francés que ha demostrado una enorme personalidad para defender al equipo y su puesto dentro de él. El dúo, asimétrico en sus naturalezas, compone en pura armonía en el eje de la retaguardia.

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