Juan Ignacio Martínez puede conseguir enlazar dos victorias a domicilio de forma consecutiva, sin mediar una jornada en La Romareda, si el Real Zaragoza vence en Sabadell el próximo viernes. Después de haber logrado el primer triunfo como visitante en Málaga (1-2), el conjunto aragonés juega en la Nova Creu Alta para sumar tres puntos más que confirmarían su huida del infierno en busca de lugares más templados de la clasificación. En el caso de que se produzca ese triunfo, JIM lograría algo que no se produce desde más de 18 años, en la temporada 2002-2003, cuando el equipo militaba también en Segunda División bajo la dirección técnica de Paco Flores.
Después de un arranque dubitativo, con el Real Zaragoza 15º tras los seis primeros encuentros, muy lejos de las tres plazas que dan ascenso directo a Primera, el único objetivo del club, se ganó al Real Oviedo en el Municipal (3-1) y hubo que preparar el equipaje para un doble y complicado viaje sin billete de vuelta. El primer compromiso fue en Getafe, el 27 de octubre del 2002. Luis López adelantó a los azulones en el minuto 78 y un minuto después empató Vellisca. Juanele, que salió desde el banquillo, firmó la remontada en el 88. En el once titular todavía sobrevivía un campeón de la Recopa, Santiago Aragón en su último y valioso servicio al club que se tradujo en el regreso final a la élite. Una semana después, el rival fue el Las Palmas, en ese momento propietario de la segunda plaza tras el Levante de Predrag Mijatović. Los canarios presentaron un once con un Rubén Castro en ataque con tan solo 21 años y el exzaragocista Álvaro en defensa. En el minuto 65, Yordi González marcó el único gol del partido, el primero de los 15 que conseguiría después de su experiencia en el Blackburn Rovers.
El Real Zaragoza busca en esta cita en Sabadell su tercera victoria consecutiva tras doblegar a Ponferradina y Málaga, una racha que no se repetía desde el mes de enero del 2020 con sumas de tres en tres ante Sporting (2-0), Las Palmas (0-1) y Numancia (1-0). Además, podría repetir lo que no logra desde principios de siglo: vencer en dos salidas consecutivas en la competición doméstica. El menú es sabroso.
