JIM: «No voy a presentar equipos de pruebas»

«Hasta el rabo todo es todo, permitidme que siga con mi optimismo y positivismo. Quedan seis partidos y tenemos que ganarlos todos. Nuestra obligación moral como deportistas es hacer buenos los encuentros, sobre todo los tres que nos quedan en casa, para que la afición disfrute y se sienta identificada con el equipo. No podemos bajar los brazos». Esta batería de respuestas de Juan Ignacio Martínez concentra el pensamiento único de un entrenador que, pese a que la temporada se pueda dar por cerrada al margen de su entusiasmo, sólo piensa en competir como exigencia profesional y deber frente al zaragocismo. «En el vestuario sólo se habla del Burgos porque el Real Zaragoza no puede bajar los brazos nunca. Tenemos un debe muy grande con La Romareda».

El técnico, de forma sutil pero redonda dentro de su habitual estrategia conciliadora, dejó bien claro que en esta recta final, en la que podría ofrecer oportunidades a futbolistas menos habituales o a aquellos que tienen más futuro de cara a la próxima campaña, no se va a producir revolución alguna ni cambios sustanciales en las formaciones. «Tengo que ser justo con el grupo. Vamos a seguir siendo competitivos y por eso elijo y elegiré a los jugadores más allá de los premios. No puedo ir contra lo que transmito y luego presentar un once de pruebas». JIM explica que además de por esas circunstancias para el continuismo en sus planes, guarda la esperanza personal de que no todo esté perdido por arriba. «El Real Zaragoza no puede contentarse con una permanencia ni con las lamentarse de los limites salariales… Por la irregularidades estamos ahora en esta zona, pero hasta el rabo todo es toro. Soy optimista por naturaleza. Vengo del barro. Dejadme que yo siga con mi ilusión y positivismo».

En este escenario de baja de telón de los sueños y un provenir que ya ha entrado por la pureta del club, el entrenador y el director deportivo, Miguel Torrecilla, se reunieron con el futuro director general Raúl Sanllehí. «Estuvimos comiendo y nos preguntó por los futbolistas con menos protagonismo y sus relaciones contractuales. De nuestro futuro no se habla porque tenemos la obligación de ser trabajando. Sería muy egoísta centrarme en mí. Ahora hay que ganar seis partidos. No pudo mirarme el ombligo sino centrarme en los jugadores . Yo voy a estar durante estas jornadas como si fuera a continuar toda mi vida en el Real Zaragoza».

El domingo se presenta el Burgos en el Municipal, y el pichichi del equipo,  Iván Azón no estará. «No llegará por precaución. Siete días es poco tiempo –sufrió una contractura frente al Huesca–  y más por su forma de juego. Veremos su evolución la semana que viene . Con el resto contamos con todos salvo con Chavaría por sanción. Narváez y Lasure también se han entrenado con normalidad y se encuentran disponibles. Sin Azón, Sabin Merino vuelve al foco aunque fuera titular en Huesca. El fichaje de invierno para resolver la falta de gol aún no ha marcado ni ha dado señales de una gran aportación al equipo. «Vosotros hacéis vuestros análisis centrados en aspectos concretos y es normal. Sabin vino a ayudarnos y no tengo la mínima queja de su rendimiento. Tiene velocidad y desmarques de ruptura que nos ayudan mucho. Es el primero que quiere marcar y ofrecer su mejor nivel, pero está muy enchufado y de eso es de lo que se tratara».

¿Y el Burgos, un equipo muy vulnerable a domicilio? «Está haciendo una temporada magnífica y nunca ha coqueteado con la zona de descenso. Juega muy cómodo sin balón y te hace daño a la contra. Y cuenta con tres jugadores con muchos goles (25 entre Pablo Valcarce, Juanma y Guillermo)». Juan Ignacio Martínez pide para esta cita «paciencia en el juego y precisión» para que La Romareda «que el año pasado no pudo sufrir con nosotros, disfrute en lo que resta de esta».

 

 

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