La niebla sobre le proceso de cierre definitivo de la compraventa se va despejando con algún capítulo aún por aclarar que atañe al tanto al organigrama administrativo como al deportivo. El Diario As y el Periódico de Aragón han cruzado informaciones en las que coinciden en que el cambio de propiedad se producirá el próximo martes día 24. Además apuntan que Fernando Sainz de Varanda, Juan Uguet, sobrinos de César Alierta, Luis Blasco y Yarza, presentarán su dimisión justo en el momento en que se haga efectiva la compraventa, y que Juan Forcén continuará en el Consejo por estrecho deseo del grupo inversor. El Periódico, sin embargo, subraya que Forcén no venderá su 13,46%. Casualmente, el empresario aragonés, junto a Yarza, fue quien trajo la oferta liderada por Jorge Mas.
De esta forma, Juan Forcén, quien posee un contrato de cesión de explotación de la tienda oficial del Real Zaragoza SAD y de la distribución de merchadising a través de e-commerce, seguirá ligado a una institución a la que intentó acceder en primer lugar de la mano de Mariano Casasnovas en 2014, cuando junto a Javier Lasheras, Luis Gamón, los hermanos Ignacio y Ángel Zorita, Víctor Otal en representación de Miguel Ángel Castillo (quien más tarde se retiró) y James Edward Brumwell compraron las acciones a Agapito Iglesias, operación que el entonces dueño revertió para traspasárselas por un euro a la Fundación Zaragoza 2032. Liderados por César Alierta, asomaron en esta iniciativa la familia Yarza, Carlos Iribarren y el propio Forcén.
El deseo del expresidente de Telefónica de abandonar el club siete años después de su llegada y ya con el 49% de las acciones tras realizar una ampliación de capital en 2019, provocó una agitación entre los minoritarios, con Yarza y Forcén a la búsqueda de un comprador hasta dar con Jorge Mas como opción mejor valorada por Alierta. Los hermanos Jorge y José Mas Santos, Joseph Oughourlian, Gustavo Serpa, Jim Carpenter y Jim Miller se convertirán el martes en propietarios del del 77,48% y no del 91% como en principio parecía previsto. Pero en el contrato de compraventa, según el Periódico de Aragón, existía una condición sine qua non que uno de los consejeros tenía que continuar en ese puesto: Juan Forcén y sigo porque me toca.
Vergonzoso. Y saldrán más cositas en ese contrato de compraventa. Forcen, como su difunto padre, que ya ejercía desde el PAR, medrando. Lo dicho, una vergüenza.