Nueve trofeos sitúan al Real Zaragoza entre la nobleza junto a clubes más longevos como Barcelona, Real Madrid, Athletic, Atlético, Valencia y Sevilla. Nadie más acumula tanto brillo, tanto prestigio ni tanto respeto por un estilo que le ha hecho grande por su maravillosa aportación al espectáculo en los 89 años de vida que cumple hoy
El Real Zaragoza cumple hoy 89 años y se alimenta, una vez más, con la asistencia artificial de sus hermosas efemérides. Ayer fue con el 17º aniversario de la Copa ganada al Real Madrid en 2004. Mañana, habrá ocasión para otra celebración de la memoria que recupere una sonrisa y el orgullo. El 10 de mayo caerá de nuevo el balón de Nayim como un cometa multicolor sobre los recuerdos. Hace ocho años que en el club se implantó un ministerio del tiempo para viajar al pasado no por las numerosas puertas de la alegría, sino por la de los consuelos. Desde que el gansterismo político e inmobiliario de la ciudad y los intocables de César Alierta gobiernan la institución, los primeros por avaricia y los segundos por un control policial de la economía que ha llevado entre rejas a la entidad por incultura deportiva, el equipo sufre una infamia sin precedentes en la historia del fútbol español.
La unión del Iberia y del Zaragoza el 18 de enero de 1932 dio a luz al Real Zaragoza. Entre los actuales integrantes de Primera y Segunda, solo Eibar (1940), Huesca (1960), Getafe (1983), Almería (1989), Málaga (1947), Las Palmas (1949), Fuenlabrada (1975), Lugo (1953), Logroñés (1966), Alcorcón (1971), Cartagena (2001) y Albacete (1940) –en algunos casos por refundación– son más jóvenes. Todos ellos con las vitrinas vacías mientras en el museo zaragocista se puede contemplar seis Copas, una Recopa, una Supercopa y una Copa de Ferias, es decir nueve trofeos que le sitúan entre la nobleza junto a clubes más longevos como Barcelona, Real Madrid, Athletic, Atlético, Valencia y Sevilla. Nadie más acumula tanto brillo, tanto prestigio ni tanto respeto por un estilo que le ha hecho grande por su maravillosa aportación al espectáculo. Su mérito alcanza otra cota admirable: es el más joven con más títulos del panorama nacional.
La quinta ciudad de España, con todo lo que supone, tiene a fecha de hoy a su equipo a un paso del descenso a no sabe bien qué tipo de infierno. Se agolpan los culpables en la ignominia, y nadie en absoluto es capaz de hallar soluciones o de permitirlas, enquistada la salida por una deuda abrumadora y por un inmovilismo de jerarquías catetas a todos los niveles. 89 años de vida que agonizan mientras la afición asiste desde la distancia y el dolor a un auténtico crimen social. Nueve títulos, plantillas de ensueño, jugadores colosales, cientos de personas que trabajaron por altruismo para que Avispas y Tomates estuvieron en un tiempo récord a la altura de su milenaria ciudad… Aquel 18 de marzo de 1932 se puso la primera piedra de una ilusión. Hoy, sobra empeño e ignorancia para destruirlo.
