La pena máxima de los delanteros y de Narváez

A todos los males goleadores del Real Zaragoza, en el top ten de los equipos menos realizadores de Europa en primeras y segundas divisiones, se sumó ayer la confirmación que los delanteros que ficha, además de no ver puerta, no saben marcar ni de penalti. Álvaro Giménez había hecho algunos a lo largo de su carrera, el último el pasado mes de marzo cuando dio la victoria al Mallorca sobre el Cartagena. Contra el Huesca, sin embargo, lo falló lanzando el disparo al poste. No estaba ya Vada en el campo ni tampoco Borja Sainz, quien no participó en el partido. Ambos habían embocado los dos últimos, pero sí, por ejemplo, Juanjo Narváez, quien ser un especialista llegó a ser el responsable de tirarlos hasta que un día de la temporada no acertó ante el Sabadell y decidió renunciar a esa responsabilidad.

El colombiano, a quien ayer Buffarini le hizo la vida imposible, tiene muchas cosas buenas como agitador y asume un liderazgo atacante propiciado por su naturaleza insaciable. Este curso lleva una diana y de rebote después de haber vaciado el cargador en varios encuentros para ratificar su sello de futbolista ambicioso. Ambicioso hasta un punto. Un caudillo de verdad lo asume todo, y Narváez se esconde cuando hay una pena máxima a favor, lo que no deja en muy buen lugar su fama de atacante de altos vuelos sin cuestionar que prácticamente es el único de la plantilla en generar problemas a los defensas y a los porteros.

El último delantero que se atrevió con un penalti fue Álex Alegría, fichaje de invierno para compensar reparar sin éxito el fracaso de los otros dos, El Toro y Vuckic, que llegaron en verano y se mantuvieron en la nevera goleadora toda la temporada. El extremeño se fue a los once metros y erró ante el Mirandés. Desde entonces, el 22 de marzo de 2021, Juan Ignacio Martínez tachó de la lista de lanzadores a los atacantes y buscó otra alternativas en jugadores para esta suerte en desgracia para futbolistas a los que se presupone más recursos en la acción más sencilla para marcar.

El primer invitado fue Tejero en Fuenlabrada. El lateral derecho cogió el balón, lo posó y golpeó como un profesional en la materia para dar la victoria al Real Zaragoza en el Fernando Torres. En Lugo, en un encuentro de variadas agoníaa, fue Adrián González, esta vez un experto, el encargado de establecer el primer empate. En otro encuentro vital para la salvación, en Las Palmas, ni Eguaras, tampoco con un pasado muy felizen los penaltis, ni Narváez. Fue Zanimacchia, sin apenas relevancia en la titularidad desde hacía mucho tiempo, quien asumió con éxito el disparo de un penalti que puso rumbo al 0-2 final. Volvió Tejero para cerrar el 3-0 frente al Castellón y Zanimaccchia repitió en la derrota en Mallorca.

En este ejercicio, con Vada en Fuenlabrada y Borja Sainz en Lugo, parece que la plantilla se sigue pasando la bola dentro de una dinámica de improvisación cuando hay un penalti a favor. Esta vez, Álvaro Giménez tomó el relevo de Álex Alegría como 9 ejecutor, y como el extremeño, no acertó. ¿Quién será al próximo? Posiblemente Vada, pero si no está en el terreno de juego, Narváez, desde luego, se hará el sueco una vez más.

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