Lluís López, el central equivocado

Lluís López siempre ha sido un jugador de reparto. Desde que subió a la primera plantilla del Espanyol, con el conjunto catalán en Primera y en su regreso a Barcelona para lograr el ascenso con los periquitos. Sólo en el paréntesis de su cesión al Tenerife tuvo continuidad en nueve encuentros. Miguel Torrecilla vio en él al tercer central que le hacía falta al Real Zaragoza y lo firmó por dos temporadas una vez que el defensa se desvinculó de su club nodriza. Por detrás de Jair y Francés y por delante de un Enrique Clemente infravalorado por el director deportivo y por el entrenador. Con el canterano en el Sanse en una operación controvertida por cómo se realizó, López no ha demostrado ser un futbolista más fiable que el aragonés y en demasiadas ocasiones ha estado muy lejos de la seguridad que se le exige a un jugador en su posición.

Con una técnica correcta y una buena interpretación en la salida del balón en corto y en largo, Lluis López carece sin embargo de la contundencia física y la colocación que se le pide a un central. De cara y con ventaja ofrece un porte elegante, pero cuando la zona se electrifica, sufre desmayos de concentración y se le cala el motor. No hace mucho Atienza y Verdasca ponían los nervios de punta a la afición. El catalán ha tomado ese testigo de central sospechoso por su falta de vigor. En su primera experiencia en el Real Zaragoza ha disputado 13 encuentros de titular bien por ausencia de Francés en sus viajes con la sub 21 o por la decisión de JIM de cubrir las bajas de Fran Gámez desplazando al central al lateral derecho para juntar a López con Jair, una sociedad muy poco armoniosa que, además, rebaja considerablemente las prestaciones de Francés.

Casi en la mitad de esos partidos, el de Manresa ha aparecido en la caja negra de los accidentes defensivos. En las dos últimas citas, con influencia negativa en el resultado. En el segundo gol de Castel en Ibiza, después de un mal despeje de Jair, el punta del equipo de Paco se deshizo de López, lento y contemplativo en el duelo, con un ligero cambio de ritmo. Frente al Málaga, tras otro error en el origen de la jugada esta vez de Petrovic, se quedó al fondo del garaje del área y permitió que Antoñín finalizara su internada sin ofrecer resistencia alguna. En Santo Domingo, Xisco, de espaldas, se lo quitó de encima como una hoja de papel en el 1-0 de Moyano, y ante la Real Sociedad B, Magunazelaia se le anticipó para adelantar a los donostiarras en el minuto 2. Chris Ramos cabeceó a placer el 1-0 en Lugo con el defensa fuera de sitio, pegado a la espalda de un Jair superado por un centro aéreo lateral, y en Anduva, frente al Mirandés, Marqués le ganó con una facilidad pasmosa el salto en el 2-0 definitivo.

A la decisión de no contratar un nuevo central tras la salida de Clemente y delegar ese trabajo en caso de urgencia en Nieto, se suman las vacilaciones de un Lluís López sin sello de calidad suficiente y muy disperso para estar lo más próximo posible del nivel de Jair y Francés. Demasiadas equivocaciones en una demarcación vital ahora mismo para sostener a un Real Zaragoza sin gol.