Ocho partidos sin delantera ni delanteros

Eugeni Valderrama firmó de penalti el gol del empate frente al Málaga. Es un centrocampista que puede desenvolverse en posiciones ofensivas, pero domina mejor el juego desde parajes neutrales donde contemplar y ejecutar, sin taladores ni aduaneros de por medio. Prefiere el fútbol que se genera a balón parado y de vez en cuando se interna en la selva del área. El centrocampista fue el último en sumar un tanto y un protagonista más a la humilde lista anotadora del Real Zaragoza, que por primera vez en su historia ha visto pasar ocho jornadas sin que marque alguno de los atacantes que figuran en su plantilla. Ni siquiera ocurrió la temporada pasada, donde aparecían Narváez o Azón para compensar la evaporización del Toro Fernández y Vuckic e impedir una abismo tan profundo como el actual.

El conjunto aragonés ya no sólo juega sin delanteros sino también sin delantera, sin futbolistas de ataque que en un momento determinado tomen el relevo en las lagunas de sus compañeros de referencia arriba. La conjunción de Sabin Merino y Álvaro Giménez, a quienes después se uniría Narvaéz en el encuentro del sábado, tampoco ha solucionado el gran problema del equipo. La última diana de un futbolista con al menos un sello en el pasaporte goleador fue la que consiguió Álvaro en Amorebieta después de recoger un rechace del poste. Desde esa tarde de finales de noviembre, el Real Zaragoza transcurrido ocho encuentros sin noticias de la caballería.

En este periodo de descuelgue en la clasificación después de vencer al Eibar tras la visita a Lezama, propiciado por tres derrotas y cuatro empates consecutivos, el Real Zaragoza ha recolectado cuatro goles y ninguno de la nómina de los elegidos para esa labor. Francés dio el triunfo al conjunto de Juan Ignacio Martínez ante los armeros, y hubo que esperar cinco fechas más para que alguien diera con la portería rival. Lo hicieron Francho y Petrovic para el 0-2 en Ibiza, una ventaja que Sergio Castel se encargó de anular en un encuentro de frustrante final. Eugeni Valderrama, en su debut, ha colaborado a que la crisis no alcance tintes de drama. Mientras, la artillería continúa silenciada en un hecho sin precedentes en el tiempo.

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