¿Por qué quiere JIM que Alegría no salga del área?

Álex Alegría ha desvelado en su presentación como nuevo jugador zaragocista que Juan Ignacio Martínez le ha indicado cómo tiene que actuar, y lo ha hecho sin tomar curva alguna: que no salga del área para marcar y para atacar los centros. El técnico sabe perfectamente con quién habla. El extremeño, un junco de 188 centímetros, ha desarrollado una carrera guadianesca desde que lograra su mejor registro anotador, 12 goles, en su primera experiencia seria en el fútbol profesional con el Numancia. Nunca ha logrado asentarse en la titularidad, con una carrera nómada trufada de cesiones y pocos goles. Salvo la temporada anterior en el Extremadura, donde hizo seis dianas, sus registros por lo general han sido pobres para un especialista, lo que ha conducido a la pérdida de confianza de la mayoría de lo entrenadores. Esta es la tercera ocasión que que sale a préstamo en invierno: antes lo hizo del Rayo al Sporting y del Mallorca al Extremadura. Todos esperan sacar rendimiento a sus condiciones naturales de ariete, quien a sus 28 años busca en La Romareda un lugar donde sentirse completo de una vez.

 

¿Por qué JIM ha sido tan explícito con su nuevo pupilo? Porque Alegría es un hombre de área puro aunque con su complexión física pueda ser una referencia para iniciar algunos metros antes las acciones ofensivas. Sin embargo, su paraíso está muy delimitado, y fuera de él pierde gas. Ni posee una velocidad llamativa ni un surtido de habilidades para restar enemigos en el regate. Tampoco es un virtuoso de la asociación. Eso no quiere decir que este desposeído de técnica ni de capacidad para explotarla, pero su productividad es mayor cuanto más cerca está de la portería. Estamos ante un finalizador con pierna larga para la anticipación y un golpeo veloz en los balones que acuden hacia una posición que detecta con el radar de los depredadores. Su dominio del espacio aéreo es notable porque le favorece su estatura pero también por instinto. Sabe terminar con sangre fría los duelos con los guardametas y atacar los pases laterales por bajo. De vez en cuando, deja detalles de gran nivel en sus goles. Alegría, sin embargo, necesita que le alimenten, lo que le convierte en un futbolista muy dependiente.

 

Para que no salga del área, sin duda su escenario favorito, el atacante va a necesitar un Real Zaragoza mucho más profundo y preciso por las orillas, y en estos momentos ese papel corresponde casi en exclusiva a Vigaray y Chavarría, con desigual fortuna en los centros, porque extremos ni hay ni se les espera. También será interesante comprobar cómo mezcla con Narváez, quien deberá ser uno de sus principales suministradores interiores junto a Bermejo. El extremeño viene aún con la etiqueta de goleador colgada en una fama a la que no ha respondido con regularidad ni números. En esta ocasión va a asumir la gran responsabilidad de ofrecer lo mejor sin intermitencias en un equipo que le exige que marque muchas diferencias.

 

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