Por qué te quiero tanto

Esta es la historia de cómo se concibió y se ejecutó un proyecto periodístico que fotografiara el corazón del Real Zaragoza antes de jugar al final de la Copa del Rey de 1994 contra el Celta en el Manzanares. Quise retratar no sólo ese momento y a sus protagonistas, sino la esencia eterna del club, por entonces concebido como una gran familia, un grupo distinguido por su amor y su dedicación a un equipo respetado, querido, magnífico. Era invierno, como ahora, pero en cada imagen se percibe la primavera del orgullo de pertenencia, desde el presidente Alfonso Solans Serrano hasta Goyo, el utillero; desde el entrenador, Víctor Fernández, hasta el fisioterapeuta, Paul Knaap. La mirada del fotógrafo Gonzalo Bullón fue clave para captar el alma de los grupos y de cada integrante. Tan humanos como legendarios en sus funciones. Héroes cotidianos, cercanos, dispuestos a posar durante horas en los fríos vomitorios de La Romareda, el escenario elegido para la sesión.

Se preguntarán por que traigo a Príncipes de París otra vez, 28 años después, este documento. Quizás porque sea cierto que unas cuantas imágenes, en ocasiones, tengan más valor que miles de palabras y expliquen a las nuevas generaciones qué significaba el Real Zaragoza antes de que la niebla cayera por completo sobre él. Por qué merece la pena ser del Real Zaragoza y defenderlo aun en el hostil contexto de las SDA y contra las propiedades egoístas. Hoy sería imposible repetir este trabajo que apareció en el Periódico de Aragón gracias a Miguel Ángel Liso, por entonces su director, y a toda la sección de Deportes que se volcó para que mi locura, como la calificó otro gran maestro de la fotografía, Rogelio Allepuz, se hiciera realidad. El hermetismo, la opacidad y el control despótico de la información que impera en la actualidad disfrazado de pazguata modernidad, eran entonces puertas abiertas de par en par, colaboración, proximidad. Humanidad e inteligencia al servicio de la afición, motor imprescindible y capital.

Los porteros, los defensas, los centrocampistas, los delanteros, el entrenador y el presidente, la Junta Directiva, los servicios médicos, la secretaría técnica, los responsables de administración, los cuidadores del césped y las instalaciones, la hinchada… Fue una experiencia inolvidable. Una sucesión de escenas gráficas que rezuman felicidad pero sobre todo dignidad por formar parte del Real Zaragoza inmortal.

One comment on “Por qué te quiero tanto

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    Qué recuerdos!! Se me escapa un portero pero que bien poder verlos a todos. Qué grandes!! Nieves, Chaves, Herrera… A ver si aprenden los de ahora. Y comparar a los jugadores podría resultar doloroso así que mejor me callo

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