Primera racha de tres derrotas seguidas en la ‘era JIM’

Podría ser mucho peor si el Real Zaragoza no hubiera ganado al Eibar con un gol de Alejandro Francés, pero nada encubre la crisis de resultados, fútbol y personalidad de un equipo que dio las primeras señales de alarma tras la derrota contra el Leganés en La Romareda, que sólo pudo empatar con uno más frente al modesto Amorebieta y que contra Almería, Tenerife y Mirandés ha destapado todas sus vergüenzas. El cambio a los tres centrales de Juan Ignacio Martínez en Anduva fue una maniobra terrible para frenar esa caída y dotar de mayor grosor defensivo al grupo. Un claro gesto de dudas y debilidad. Un mensaje de su propia desconfianza que el equipo interpretó con miedo y tensión.

Es la primera vez en la era JIM que el Real Zaragoza suma tres derrotas consecutivas, acentuada porque la última se ha producido contra un rival que se presentaba erosionado por el covid, con chicos en la alineación con los que no suele contar Lalo Escobar, y que había ganado uno sólo de sus últimos siete encuentros, frente a la Real Sociedad B (2-0). El Mirandés, antes y después de la expulsión de Vada, fue mejor, muy superior tras la roja al argentino. Dispuso de dos largueros y de varias ocasiones para dibujar un marcador más humillante y se desenvolvió con una frescura y ligereza que contrastó con la pesadumbre y tristeza del conjunto aragonés. La temporada pasada se cayó dos veces consecutivas ante Alcorcón y Oviedo, para reaccionar contra el Tenerife, y en el cierre del torneo con Mallorca y Leganés.

Hay más heridas en estas seis ultimas fechas del campeonato. Sólo se han logrado 4 de los 18 puntos en disputa y lo más hiriente, se han recibido 9 goles y tan sólo se han marcado dos, el de las tablas en Lezama y el del triunfo sobre el Eibar. De esos tantos, uno de Álvaro Giménez, seco por completo desde el choque ante el Amorebieta, y de Francés, central. Ha saltado por los aires la fortaleza atrás mientras arriba no se crean ni ocasiones.