El director deportivo del Real Zaragoza hasta el próximo 30 de junio, quien, al igual que el entrenador, Juan Ignacio Martínez, tenía una cláusula de continuidad en el caso de que el equipo se hubiera clasificado para disputar los playoff de ascenso, comentó hace unos días en sus círculos más próximos que no descartaba que la nueva propiedad le propusiera seguir en el cargo. Raúl Sanllehí, el futuro director general se ha reunido en diferentes ocasiones con el ejecutivo para recabar información de la plantilla y de sus situaciones contractuales, pero en ningún momento ha dejado entrever si Torrecilla tendría un lugar en el proyecto.
Sanllehí, a la espera de que se confirme la salvación del conjunto aragonés para oficializar su entrada en la institución como brazo ejecutor del grupo inversor que lidera Jorge Mas, ha tenido la oportunidad de observar en directo al Real Zaragoza desde el palco de La Romareda en compañía del director deportivo. Su presencia en el estadio ha coincidido con los encuentros frente al Burgos y el Alcorcón, dos de los partidos, sobre todo el último, donde el rendimiento de los jugadores ha alcanzado su pico más bajo. Con 31 contratos en vigor entre los futbolistas con ficha profesional, del filial y cedidos que regresan, el trabajo negociador que le espera es más que considerable ya que la mayoría no cuentan o no encajan en un horizonte más o menos ambicioso.
Los últimos resultados y la tardanza en conseguir la permanencia exhibiendo un fútbol de los más mediocre, al margen de su deficiente labor anterior desde que llegara para sustituir a Lalo Arantegui, no juegan en ningún caso a favor de que Miguel Torrecilla se vuelva a sentar en el despacho que todavía ocupa más allá del 30 de junio. Por ahora no ha trascendido quién podría tomar su relevo, aunque entre los rumores despunta el nombre de César Sánchez. Para Torrecilla, prima el suyo. O mantiene la esperanza.
Foto: el Periódico de Aragón (Jaime Galindo)
Como siga Torrecilla, me bajo del burro