«Hay plantilla suficiente para pelear por el ascenso, para estar en la pomada». Así se arrancó Miguel Torrecilla en su primera valoración sobre el mercado de verano y los ocho fichajes en propiedad o calidad de cedidos que consiguió gracias en su mayor parte a la aportación de CVC. Cuatro meses después, el director deportivo ha rebajado el precio de ese ungüento mágico. «Yo hablé de poder estar en mayo bien posicionados gracias a la afición y al arreón que nos pueden dar en la recta final. El objetivo no era estar a esas alturas entre los seis primeros sino lo más cerca posible. De eso no nos hallamos lejos. Diría que muy cerca. La clave es que todo lo que rodea el club suba el nivel de exigencia para ser un poco mejores». El Real Zaragoza tiene 26 puntos al acabar la primera vuelta, en números de salvación para una distancia abismal del playoff al que Torrecilla hizo referencia tras el calentón de agosto. Su perspectiva, aun así, es optimista, y hace un balance del paso del ecuador en el que destaca que hay que evitar tanto empate. «La primera vuelta digamos que ha sido una sucesión de altibajos de rendimiento, no de resultados. Lo que más nos identifica es que hemos empatado mucho, pero si lo analizamos con lo que hemos perdido, no estamos en malos números. Si queremos estar en la pomada tenemos que ganar más y empatar menos. Veo el futuro con optimismo, por supuesto».
Una de las grandes carencias del equipo en este tramo de la competición ha sido su déficit anotador, idéntico al del curso anterior con tan sólo 17 goles en 21 jornadas. Sin embargo, Torrecilla no contempla ese problema como al capital, siguiendo al dedillo la línea editorial de Juan Ignacio Martínez en que lo verdaderamente importante es conservar impoluta la portería propia. Esta apreciación, sin duda, va ligada a la imposibilidad de fichar en enero, incluido un delantero que debería ayudar en lo posible a mejorar en ataque zaragocista. «Trabajamos en todas las posiciones. Para mí, tenemos que incidir en la portería a cero, crecer desde ese concepto. No estamos bien clasificados en goles a favor, es cierto, pero además de buscar un salto cualitativo arriba hay que ser sólidos defensivamente y crecer para ir hacia delante», dice el director deportivo.
Su valoración sobre la labor del entrenador va ligada a lo deportivo y lo humano. «La satisfacción es total por lo que a mí se refiere. Tengo una cercanía de las más grandes que he vivido en el fútbol. Al entrenador lo conoces cuando lo tienes y pasas por una montaña rusa de resultados. Juan Ignacio posee un equilibrio y madurez que no tenía en las anteriores etapas que ha trabajado conmigo. Éramos más jóvenes que ahora y la experiencia nos ha hecho mejorar. Además es una persona que no solos se preocupa del área deportiva que le corresponde como responsable de la primera plantilla, sino también en en el resto de las áreas del club».
