Miguel Torrecilla no saldrá del Real Zaragoza, con el que tiene contrato hasta con el 30 de junio, con el premio de Míster Simpatía. No ocupa la pole position de los más señalados por la afición, cuya exclusividad se la reparten todos los miembros de la propiedad en cerrada lucha con el director general, Luis Carlos Cuartero, pero el salmantino se ha ganado un puesto de privilegio en esa escalera de negro color conformada por los responsables de la mayor crisis en la historia del club. Fracasó en los refuerzos de invierno del 2021 con las adquisiciones de Peybernes, Sanabria y Alegría –sobre todo de los dos últimos– y el pasado verano, en su primer examen para formar una plantilla, realizó ocho fichajes sin que ninguno de ellos haya logrado convencer o al menos asentarse con firmeza en la titularidad. La salvación la firmaron los chicos de la casa, la cantera, algún veterano y la buena mano de JIM, y esta temporada todo está pendiente de otra peligrosa travesía.
Tampoco frente al micrófono ha estado afortunado. Su tan famosa composición «Estaremos en la pomada» o el hit «Tengo una relación fluida con el director general, el presidente y el consejero delegado a través de un grupo de WhatsApp» –a la altura de «Volvería a repetir lo del mercado de invierno»– acaba de unirse a su nuevo lanzamiento «Será el mercado el que tendrá que venir al Real Zaragoza», versión actualizada del «Dejen salir antes de entrar». El regalo de Clemente a la Real Sociedad y la pretensión de liberar masa salarial con Ros, Adrián y sobre todo Eguaras destripan cuáles son sus herramientas y quién, en realidad, es el máximo responsable de la mayoría de los asuntos que asume como propios. Torrecilla no es un ejecutivo, sino un liquidador a sueldo, una pieza que encaja sin ruido aunque con desafortunadas afirmaciones entre el equipo y la directiva.
Se enfrenta a su tercer round con el mismo perfil de sparring con el que llegó a Zaragoza, para encajar los golpes de los personajes que realmente toman las decisiones, resumidas la mayoría en la supervivencia de un modelo de negocio ya fracasado reduciendo la cuenta de gastos bien con rescisiones, fichajes de saldo, refuerzos de tres al cuarto o retrasos de pagos a los trabajadores. Por ahora, sin la venta de Alejandro Francés no por qué no la consideren primordial frente al aluvión de gastos de enero, sino porque prefieren evitar que la guerra que le han declarado los seguidores sea a campo abierto, sin ningún escudo. Que nadie espere que lo poco que se pueda restar con la marcha o cesión de futbolistas sirva para apuntalar nada. Si acaso el sueldo del consejo y el de Cuartero, quien de verdad mueve los hilos del director deportivo y de este Real Zaragoza que se va descomponiendo por su tóxica negligencia y de la de sus superiores.
Pues ahora mismo, después de enterarme de cómo fue el fichaje de Yanis, para mí es el primer señalado, el primero que se tiene que ir
Y cómo fue el fichaje de Yanis??? lo comento por la gente que no lo sabemos. Porque realmente pienso que no cabe en ninguna cabeza, lo que se está haciendo con un jugador al que no le han dejado ofrecer nada…..y que no se para que se fichó.
Torrecilla es un asalariado que, como en cualquier Empresa, se debe a la propiedad y como es bien sabido donde hay patrón no manda marinero. Su principal éxito fue traer a Jim la temporada pasada cuando nadie quería venir, consiguiendo el milagro de mantener la categoría. Los fichajes que, han estado supeditados a las estrecheces económicas, han resultado un fracaso y no han aportado nada a una plantilla plagada de mediocridad. Torrecilla y Jim van de la mano y si se le echa se terminaran marchando los dos. El problema de fondo es de índole económico y no lo arreglará nadie que venga mientras no se consigan recursos para restructurar y sanear la nefasta plantilla.
Esto no puede acabar bien. La descomposición del Club es palpable