La falta de gol implica una reducción de las producciones que giran alrededor de esa acción del juego. Una baja capacidad realizadora no sólo se debe a la calidad de los delanteros, aunque sea una de las causas principales, sino a otra serie de factores, entre ellos el suministro de pases favorables del resto del equipo y la aportación individual de los futbolistas de segunda línea e incluso de los defensas, protagonistas atacantes en su mayor parte en situaciones a balón parado. Las 17 dianas que ha logrado el conjunto aragonés, la cifra más baja de la categoría en 23 jornadas disputadas, no es algo casual, sino la consecuencia de las dos últimas planificaciones de las plantillas, nefastas en la contratación de piezas ofensivas y de jugadores que las alimenten.
El Real Zaragoza, además de sus defectos de forma, tiene un problema táctico de fondo al haber afrontado este par de temporadas con atacantes muy de área, caso de El Toro Fernández, Alegría y ahora Álvaro Giménez, pero lejos de ella y sin pasadores precisos. El número de asistencias no supera la decena, 9 en concreto, la más raquítica de Segunda. El curso anterior sumó 18 en total, un guarismo que tampoco invita a sacar pecho, todo lo contrario. El Alcorcón. colista ha dado 12, y el Fuenlabrada, 11. El Almería, con 27, es líder en esta faceta, seguido del Valladolid y del Mirandés, ambos con 24. La profundidad del problema es mucho más compleja. Los jugadores que han ofrecido centros exitosos son Zapater (2), Gámez (2) y con una Eguaras, Francés, Francho, Narváez y Bermejo.
Si el Real Zaragoza insiste en su incapacidad para la elaboración y la ejecución tendrá que sobrevivir, como en la primera vuelta, en sacar el mayor rédito posible de su escasa amenaza arriba, lo que supone un riesgo considerable porque en defensa también ha descendido varios escalones de seguridad. Con Eguaras, Puado, Soro, Luis Suárez. Delmás y Ros como principales asistentes, el equipo que entrenaba Víctor Fernández ofreció 39 pases de gol, siguiendo la línea de los 32, 38, 31 y 37 de las anteriores campañas. La depreciación es colosal con respecto a los cursos 2020-2021 y 2021-2022, donde el primer equipo está sufriendo los efectos de una salvaje descapitalización.
Entre las nuevas adquisiciones de verano con responsabilidad en esa labor, no aparecen Petrovic, Yanis, Nano Mesa, Borja Sainz, Vada y Álvaro, futbolistas a los que, en sus catálogos se les supone al memos una mínima aptitud para entregar el último pase a un compañero. El único fichaje de Torrecilla con presencia en esa lista es Gámez, lateral derecho, que permitió marcar a Bermejo en Las Palmas y a Vada en Montilivi frente al Girona.
