Un Real Zaragoza rojo pasión

Se le pedía al Real Zaragoza que en este camino a ninguna parte que contra el Alcorcón le condujo a la humillación lavara su imagen. Lo hizo con un nuevo empate, su resultado fetiche, pero en esta ocasión adornado con un encuentro donde puso toda su pasión ofensiva, en un partido al que miró a los ojos hasta el último segundo, cuando Valentín Vada no pudo deshacer el 3-3 solo frente a Femenías. Ese marcador, ese final, no premiaron como merecía a unos futbolistas que tuvieron que hacer frente a dos penaltis por mano, la primera de indecente interpretación por parte del colegiado, y algunos capítulos de fragilidad defensiva que le impidieron llevarse el triunfo del Carlos Tartiere. El objetivo era reponer la profesionalidad tan maltrecha hace una semana frente a un enemigo de altura y se consiguió con holgura.

Vestido de rojo intenso por fuera y por dentro, el Real Zaragoza se propuso un duelo a pecho descubierto. Con todo resuelto, con la salvación asegurada, le faltaba purgar sus últimos pecados con una actuación conciliadora con su afición y consigo mismo. Algo distinto, muy distinto, para variar. El árbitro y esa libertad que concede un reglamento infame con muchas manos dentro del área, puso la zancadilla al conjunto de Juan Ignacio Martínez cuando un pelota perdida fue a la mano de Azón. Carrera al VAR y gol de Borja Bastón desde los once metros. El navajazo, en lugar de provocar una hemorragia, revolucionó el flujo sanguíneo ofensivo del Real Zaragoza. Bermejo y Jair, ambos de cabeza, remontaron como si el ejercicio no tuviera complejidad alguna, tras un saque de banda que recorrió todo el espacio aéreo hasta hallar la frente suicida de Azón, el rechace de Femenías y el testarazo de Bermejo, transformado de colibrí en Boeing B-52 Stratofortress; luego el central inauguró su cuenta, también por arriba, ante un Oviedo descompuesto.

Caía del cielo esa victoria, pero el conjunto aragonés se distrajo en una nube y Obeng igualó en un despiste colectivo atrás. En ese duelo al sol sin tregua, Bermejo apretó el gatillo para que el equipo de JIM se fuera al descanso con tres goles a favor, un 2-3 extraído de un gran espectáculo, ajeno a las previsiones tácticas, rebelde en su esencia más pura. Al volver al campo, Brugman disparó sin oposición desde muy lejos para establecer un marcador que ya no se movería porque no quiso Cristian Álvarez, majestuoso antes del penalti que detuvo a Borja Bastón para espantar la derrota; porque lo evitó el poste de Femenías en un remate de Azón y el propio guardameta en dos ocasiones frente a Vada, la última con Alfred Hitchcock rodando la escena de suspense donde se supo que el argentino no era el asesino.

Lució este Real Zaragoza inesperadamente goleador al ritmo de Jaume Grau, inmenso, quien hizo latir el corazón del equipo a su antojo, imprimiendo todo tipo de ritmos y acudiendo con fino y rotundo bisturí al rescate en las transiciones de los asturianos. Y también bajo el fuego de cocción de Bermejo, que además de rubricar un doblete amasó el balón con pulso contenido y pases de seda. Un auténtico placer pese a que el Oviedo percutió con todo su arsenal y angustia en su lucha por el playoff. El aroma a pólvora lo impregnaba todo. En ese circuito loco de emociones y porterías maltratadas, Cristian fue, por enésima vez en su carrera, coloso en llamas y, a la vez, bombero con hielo en las venas. Frustró a Obeng en dos tiros del delantero y a Carlos Isaac en un lanzamiento que el meta desvió estirando los abductores hasta el límite permitido por la ciencia. Otra mano inocente de Sabin Merino puso frete a frente al arquero con Borja Bastón. Se iba todo por el desagüe, pero Cristian es el señor de los milagros: paró la derrota y tiñó este empate redentor de sus compañeros de rojo pasión.

Real Oviedo: Femenías; Carlos Isaac (Joni Montiel, m. 73), Costas, Dani Calvo, Pierre Cornud (Mossa, m. 16); Sangalli (Viti, m. 46), Luismi, Brugman (Javi Mier, m. 85), Borja Sánchez; Obeng (Matheus, m. 73) y Borja Bastón.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Lluís López, Jair, Chavarría; Francho (Petrovic, m. 79), Jaume Grau, Zapater (Vada, m. 73); Bermejo (Puche, 92′), Iván Azón (Álvaro Giménez, m. 73), Sabín Merino (Narvaez, m. 73)

Árbitro: De la Fuente Ramos (Colegio castellano-leonés). Amonestó a los locales Brugman (7′) y Obeng (60′) y a los visitantes Chavarría (59’), Francho (75′), Jaume Grau (87′) y Petrovic (93′).

Goles: 1-0, M. 14: Borja Bastón. 1-1, M. 17: Bermejo. 1-2, M. 20: Jair. 2-2, M. 26: Obeng. 2-3, M. 14: Bermejo. 3-3, M. 47: Brugman.

 

 

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *