Una victoria y 5 goles, lo nunca visto en Segunda

El calendario ha dejado caer su octava hoja con forma de guillotina sobre el presente de un Real Zaragoza sin igual, para mal, en todas las temporadas que ha militado en Segunda División durante sus 89 años de vida. Jamás se había plantado a las puertas del noveno encuentro, que será el lunes 11 de octubre contra la SD Huesca en La Romareda, con una sola victoria, la que consiguió frente al Alcorcón en Santo Domingo después de remontar el gol de Moyano con un tanto de Eguaras y otro de Vada. En sus aventuras como equipo de Primera, una vez estaba a estas alturas sin triunfos, en el curso 2010-2011, ocupando la última plaza y con unos números escalofriantes. Después de diferentes análisis y radiografías, sellada la portería de Cristian ante el Real Oviedo, se va clarificando que, al margen de otras muchas deficiencias estructurales en la composición de la plantilla y en la calidad de sus componentes, su falta de gol puede condenarle.

Jamás en sus 24 campañas en la categoría de plata llevaba menos dianas que en la actual, 5. Durante algunas jornadas ha creado un buen puñado de ocasiones, ha sido líder de tiros a puerta y los guardametas rivales se han lucido. Tenía una metralleta repleta de balas pero de muy baja precisión, con Narváez como principal y casi único francotirador. No es casual que ninguno de sus delanteros de referencia se haya estrenado mientras que los el resto de los equipos de Segunda ya lo han hecho. Conclusión: una vez más la dirección deportiva ha fracasado con estrépito en la elección de los atacantes. Álvaro Giménez y Nano Mesa están respondiendo con fidelidad a su pobre currículum en el área, mientras que Iván Azón tampoco ha aportado mucho más pese a ser el único que ofrece algo diferente.

La construcción de esa ridícula cifra de tantos a favor, la más baja de la competición, también sirve como espejo de la pobre pegada general. Una jugada de estrategia entre Zapater y Eguaras en Alcorcón, un rechace de Bellvís que aprovechó Vada en el mismo encuentro, un penalti trasformado por Vada y otro por Borja Sainz y el tiro con rebote incluido que embocó Narváez contra la Real Sociedad B. Una solo jugada de combinación y una asistencia, faceta, el último pase, en la que el Real Zaragoza también es el peor equipo. No es una cuestión de dinámica ni de racha, sino el claro exponente de que el conjunto aragonés tiene un problema gravísimo y de complicada solución.

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