Zapater, la batuta que dirige a la victoria

Juan Ignacio Martínez traicionó sus principios y quiso que el fútbol en Alcorcón fuera lo que él dictara desde una alineación ilegible, con un centro del campo imposible de descifrar por su composición de jugadores lentos o, en el caso de Petrovic, telegráficos. En el descanso entregó el fútbol a los futbolistas, que es lo que pregona, y el Real Zaragoza más ofensivo que se le recuerda al entrenador alicantino derrumbó al equipo de Anquela. El gol en contra de Moyano y sobre todo los desjustes propiciados en la medular, y por el efecto dominó en defensa, hicieron que el técnico reescribiera el esquema con un nuevo dibujo y con nuevos nombres, con un potencial y una velocidad inusuales a partir de tres cuartos, por donde Nano Mesa fue un auténtico huracán, una descarga de energías a la que se sumaría Vada en su feliz debut con gol del triunfo añadido.

Lo que en la primera parte fue un planteamiento caótico que facilitó el vuelo del Alcorcón, un veterano aeroplano que parecía un cohete, en la segunda sonó si no a música celestial sí a una sintonía mucho más agradable para el equipo, que se reconoció en un formato más valiente, más vertical. Ganador en definitiva. Se reunieron el campo Nano Mesa, Narváez como segundo punta, Borja Sainz por un Bermejo que lleva tiempo reclamando el banquillo y Álvaro Giménez, cuyo peso atacante sigue siendo demasiado ligero. Lo que parecía una apuesta a la desesperada lo bautizaron de sentido y ambiciones los recambios para remontar el marcador y correr un tupido velo sobre el tanto local, donde Xisco se deshizo de Lluís López como una pluma para propiciar el rechace de Cristian a su disparo y la llegada letal de Moyano. Xisco volvió a desprenderse del central catalán y tuvo de cabeza la segunda diana de los alfareros. Hasta ese momento, sólo Narváez había acosado la portería de Dani Jimémez, espectacular en dos intervenciones para evitar el empate del colombiano.

La crisis abría sus fauces de para en par. El último era más equipo, tenía más tablas, vencía y aprovechaba la hemorragia mediocampista del Real Zaragoza cada vez que intervenía Petrovic, perdedor constante en situaciones sencillas. El serbio se quedó aliviado en la ducha y Juan Ignacio Martínez borró de su pizarra ese experimento fracasado para sacar del tubo de ensayo otro por descubrir. Y devolvió el laboratorio a su legítimo propietario, Alberto Zapater, una decisión clave. En una falta ensayada, el capitán puso por bajo el balón para que Eguaras, magnífico en la orientación y la resolución, se colara por el balcón del área para establecer la igualada. A partir de ese instante de la perfecta sincronización del dueto, el Real Zaragoza fue puro rocanrol. Nano Mesa se desató en la lucha libre y en las rupturas y la entrada de Vada configuró un Real Zaragoza profundo y rápido, de combinaciones que descosieron a un Alcorcón sin oxígeno y acalambrado de piernas y de mente. Hasta que Vada se cobró el gol de la primera victoria en un error del Bellvís.

En ese encuentro de dos caras, en ese partido de fuertes contrastes disputado sobre la ansiedad inicial y la confianza completa en todo lo que se ejecuta, Alberto Zapater fue el futbolista que marcó la frontera entre el mal y el bien. En su sitio, tomó la batuta y se puso a dirigir con las tablas de alguien que aún pertenece a Primera División aunque el cuerpo le limite a administrar sus intervenciones. Lo tradujo todo a la perfección, cuando había que acelerar y bajar las revoluciones; cuando era necesario darle a la pelota una dirección u otra; abriendo y cerrando el abanico para oxigenar a sus compañeros o lanzarlos desde su rampa de precisión y mesura. Nano Mesa, Borja Sainz y Vada subieron el voltaje para electrocutar al Alcorcón. Zapater manejó todos los interruptores de un triunfo que hubo que trabajar desde la boutade de JIM con Petrovic. El fútbol, efectivamente, es de los futbolistas. Y de Zapater.

Ficha técnica:

Alcorcón: Dani Jiménez; Laure, Carlos Hernández, David Fernández, Gorosito (Al Badaoui, m.79), Bellvís; Hugo Fraile (Juan Hernández, m.64), Aguilera (Gorostidi, m.85), Moyano, Arribas (Asencio, m.63) y Xisco (Marc Gual, m.63).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Lluis López, Jair, Chavarría (Nieto, m.92); Petrovic (Nano Mesa, m.46), Eguaras, Zapater, Bermejo (Borja Sainz, m.46); Álvaro Giménez (Vada, m.74) y Narváez (Adrián, m.87).

Goles: 1-0, m.20: Moyano. 1-1, m.56: Eguaras. 1-2, m.83: Vada

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