El Huesca pasa la página de Messi

No se puede y además es imposible. El Huesca acudió al Camp Nou con la inoxidable ambición de Pacheta como bandera, pero cuando el Barça está por medio, un Barça además creciente, los sueños suelen evaporarse antes del primer rayo de esperanza. Había que cumplir con el calendario, procurar competir como herramienta fundamental para seguir creyendo en la salvación y comprometer a un adversario muy superior. De alguna forma, el equipo oscense alcanzó alguno de esos objetivos, pero sin los suficientes argumentos como para conseguir un botín. Se plantó bien en el campo, renunció al balón y en un par de contragolpes sacó un penalti para acortar distancias y para que Rafa Mir fallara de forma inexplicable lo que podría haber supuesto otro acercamiento en el marcador. Sin embargo, tuvo que pasar página frente a Messi, en cuya zurda se apoyo el conjunto de Koeman para decidir el encuentro con disparos de larga distancia. El argentino burló a Pulido y dejó clavado a Siovas en su primera obra de arte, que se expone todavía en una de las escuadras de Álvaro Fernández. Y cerró el resultado con una de sus acostumbradas diagonales que terminan con la pelota alojándose, previa curva letal, donde segundos antes ya lo había visualizado el rosarino. Como dijo un Pacheta satisfecho con los suyos al final del encuentro, ante esos detalles solo te queda aplaudir. Messi había puesto un tanto en la cabeza de Mingueza y Griezmann había igualado con un zurdazo espectacular la belleza del tanto inicial del argentino. El Huesca, algo condescendiente en la defensa de los tiros, regresó a su dimensión, la que de verdad le interesa, la de Osasuna el próximo sábado. Allí no estará Messi y se medirá a la realidad para continuar soñando.

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