Jesús García Sanjuán dice que a lo largo de su vida, en alguna ocasión, le gustaría haber sido más comedido en sus acciones, haberse pensado dos o tres veces las cosas. Quien le conoce sabe que si algo le distingue es la sinceridad, y también su capacidad para rectificar o reconocer los errores cuando el vértigo de las palabras han incendiado su espíritu. Nunca intenta convencer sus interlocutores, sino que les regala su opinión sin ánimo de imponerla. Pero el exjugador del Real Zaragoza, el único canterano en el primer equipo que conquistó la Recopa, no puede desprenderse por completo de su discurso directo, sin dobleces. Sería como pretender que un tiburón blanco aceptara una pecera doméstica como hogar. Ajeno a los corsés de conversaciones banales, si habla de asuntos importantes, y su Zaragoza lo es ahora más que nunca, es para expresar lo que siente así sople el viento en una dirección u otra. Despliega las velas y pilota su embarcación hacia oriente sin afectarle que el resto de los navegantes lo hagan en dirección a poniente.
«Sufro mucho. Esto que vemos ahora no es fútbol sino partidos de pretemporada, de entrenamiento. Falta la afición, lo más importante, y no se perciben emociones. Cuando se celebra un gol, el jugador se dirige a una cámara y manifiesta su alegría. Todo es muy impostado, muy programado y frío», comenta el exfutbolista a modo de introducción sobre este juego en tiempo de una pandemia que coincide con un Real Zaragoza con muy mala cara. Sanjuán es consciente de la gravedad de esa situación, pero de inmediato se pone manos a la obra para analizar los porqués de esta situación. «No creo, para nada, que la directiva sea culpable de lo que está ocurriendo, aunque ha cometido dos errores importantes. En primer lugar, carecer de una cabeza visible. ¿Quién es el que manda? Antes, para bien o para mal, tenías de referencia ese personaje. A Alierta no se le ha visto en ninguna junta de accionistas y tampoco se percibe que en el club existan atribuciones marcadas. No sabes de quién es la culpa o los aciertos. El segundo fallo que han cometido es ascender y mantener a Luis Carlos Cuartero como director general en un puesto que exige personas preparadísimas. Ni aparece en presentaciones de jugadores, entrenadores, directores deportivos…».
La intención de García Sanjuán es separar el contenido del continente, y lo tiene claro. «En el tema económico ni entro ni salgo, pero en el deportivo, creo que a Lalo Arantegui, en general, poco se le puede reprochar. Daba siempre la cara, se responsabilizaba públicamente de su parcela. Un gran porcentaje de los fichajes que hizo fueron aciertos y creó patrimonio con la cantera y aún más importante, contrató profesionales en propiedad. La planificación de esta temporada, y los malos resultados, le han costado el puesto, pero si a todos nos dan a elegir, por ejemplo, entre un Luis Suárez que venía del Nástic o al Toro Fernández, cedido del Celta, estoy convencido de que la mayoría nos hubiésemos decantado por el uruguayo. Esas son cuestiones que no puedes controlar y te guías por la lógica. Arantegui, para mí, hizo un buen trabajo».
El exfutbolista considera que a lo largo de este tormentoso curso, hay un instante capital donde se pierde la brújula y que todavía se está pagando el correspondiente peaje. «El momento más extraño es cuando despiden a Baraja y se monta la historia de querer recuperar a Víctor Fernández cuando ya había dicho que no quería volver, entiendo porque evaluó que todo iba a ir a peor, con una plantilla que no le pega ni con cola. Se montó un vodevil espectacular, se perdió un tiempo de oro con Iván Martínez, claramente una apuesta interina. Luego ese cruce de comunicados entre el club y el abogado de Víctor sobre las negociaciones que mantuvieron…. Todo esto hizo mucho daño al equipo y a la institución. Descentró a todo el mundo».
En plena tormenta, Sanjuán mantiene la calma y se adentra en el vestuario, donde considera que está la única solución. «Confío plenamente en Juan Ignacio Martínez. Es un tipo sensato, una virtud que en estos tiempos no abunda. Explica bien las cosas y se hace entendible. Además, los jugadores que tiene, y estoy de acuerdo con él, no son tan malos como aparentan». Lo que sí hecha en falta en el grupo son liderazgos. «Es el principal talón de Aquiles en las últimas plantillas, pero es un intangible muy difícil de encontrar. Se nota mucho cuando se complican los partidos, al recibir un gol en contra, en los detalles que piden personalidad y carácter. Zapater y Cristian se aproximan a ese perfil pero no se ajustan exactamente a la figura referente».
La permanencia se observa con escalofríos, si bien García Sanjuán aporta una visión menos inquietante. «Veo al Real Zaragoza muy capacitado para salvarse. Necesita un par de resultados positivos que afiancen al equipo. Sinceramente le veo competir casi siempre y se percibió contra el Rayo, un rival con mucho más potencial que aprovechó lo que comentaba, lo que le cuesta recomponerse al equipo de un contratiempo. También es fundamental ganar de una vez con convicción, no colgados del larguero, con un 2-0 o un 3-0. JIM intentó inculcar, y no de cara a la galería, que todos son mejores, que su destino es suyo. Sufriremos, pero sacaremos esto adelante, algo que está en manos exclusivamente de los futbolistas».
Estoy totalmente de acuerdo!! No se puede expresar mi forma de pensar de una manera más clara